El atentado de hoy en el centro comercial de Bangkok, el más grave ocurrido en la capital tailandesa, ha dejado al menos 19 muertos y más de 120 heridos, informó la policía.
Los atentados terroristas no son frecuentes en la capital de Tailandia, país en cuya zona sur están implantados grupos armados musulmanes que no suelen operar en Bangkok.
Más de 6 mil personas han muerto en el sur de Tailandia desde que el movimiento separatista musulmán reanudó la lucha armada en 2004 para denunciar la discriminación que sufren por parte de la mayoría budista y exigir la creación de un Estado islámico en tres provincias que integraron el sultanato de Pattani.
Fuentes diplomáticas confirmaron que entre las víctimas hay turistas extranjeros aunque no precisaron su número ni su nacionalidad.
Sin embargo, de acuerdo con portavoces hospitalarios, las deflagraciones han causado la muerte de dos ciudadanos filipinos y dos chinos, y muchos de los heridos también son de esta última nacionalidad.
Este recuento de víctimas extrajeras no ha sido confirmado por fuentes oficiales.
El primer artefacto estalló a las 19.00 hora local (12.00 GMT) y el segundo lo hizo 15 minutos más tarde, relataron a Efe testigos presenciales en el lugar de los estallidos, en el área de Ratchaprasong, jalonada de hoteles de lujo y complejos comerciales.
Uno de los artefactos se encontraba escondido en una motocicleta estacionada junto al cercano templo de Erawan, de credo hindú pero al que también acuden budistas y cuya visita figura en los recorridos turísticos de los visitantes extranjeros en la capital tailandesa.
Las primeras imágenes de la matanza las ofrecieron usuarios de la Twitter, que colgaron en la red social fotografías en que se veían cuerpos tirados en la calzada, llamaradas junto a motocicletas calcinadas y transeúntes corriendo para huir de la zona.
Una hora después de las deflagraciones, el suelo de la zona continuaba con manchas de sangre y cristales rotos, y una decena de ambulancias seguían dirigiéndose al lugar, acordonado por un centenar de policías en un perímetro de 300 metros.
Un oficial de las fuerzas de seguridad confirmó entonces a los reporteros, entre ellos uno de Efe, que se había tratado del estallido de bombas, poniendo fin a la incertidumbre sobre el origen de las explosiones.
El oficial aseguró que las fuerzas de seguridad habían desactivado "otros dispositivos" en la zona, que aún no era segura.
Un miembro del servicio de emergencias local, que se identificó como Wimonsiri, informaba casi en paralelo que al menos doce personas habían perecido y varias decenas habían resultado heridas, en lo que era un primer recuento de víctimas.
Medios locales que citaron fuentes de la administración cifraron ya entrada la noche en 27 los muertos y en al menos 80 los heridos.
Cerca de la medianoche nadie había reivindicado los ataques.
Los atentados terroristas no son frecuentes en la capital de Tailandia, país en el que el turismo supone el principal sector económico.
Grupos armados musulmanes están implantados en el sur de Tailandia pero no suelen operar en la capital del país.
Tailandia sufrió el año pasado una fuerte convulsión política que causó decenas de muertos y desembocó en un golpe de Estado por el Ejército y en la instauración del actual Gobierno militar.
Las relaciones entre el ejecutivo castrense y la oposición civil han mejorado, no obstante, en los últimos meses.
Para las autoridades, lo seguro es que los autores del atentado de hoy "han intentado matar y destruir la economía y el turismo", apuntó el viceprimer ministro y titular de Defensa, general Prawit Wongsuwan, en declaraciones recogidas por el diario "Bangkok Post".
Tras expresar sus condolencias a las víctimas, el general Prawit subrayó que los atentados han tenido la intención de "causar el máximo número posible de muertos y heridos", al tener como blanco el bullicioso corazón de la ciudad.
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