Ferguson, Missouri.— Más de 100 personas han sido detenidas en la ciudad estadounidense de Ferguson desde el inicio de las protestas por el aniversario de la muerte, a manos de la policía, del joven negro Michael Brown, se informó ayer.
“Esto ya no es una protesta pacífica”, advirtió el departamento de policía la madrugada de ayer cuando la gente comenzó a lanzar piedras y botellas de agua congeladas. Los efectivos respondieron utilizando sprays de pimienta, informó el diario St. Louis Post-Dispatch. El vocero policial Shawn McGuire cifró en 23 los detenidos entre la noche del lunes y ayer. Esta cifra se suma a los 63 arrestados al mediodía del lunes por actos de desobediencia civil en St. Louis; horas después hubo otros 57 detenidos por bloquear una autopista.
Los enfrentamientos de ayer por la madrugada se produjeron después de que una manifestación en la avenida West Florissant, St. Louis, el domingo, se vio interrumpida por disparos y una balacera policial que dejó a un joven de 18 años herido de gravedad. La policía mostró ayer un video donde el muchacho, identificado como Tyrone Harris, saca una pistola. Se le acusa de disparar contra los agentes.
El director ejecutivo del condado de St. Louis, Steve Stenger, decretó estado de emergencia, lo que autoriza al jefe de policía del condado, Jon Belmar, a tomar el control del manejo de emergencias de la policía en Ferguson y sus alrededores.
El 9 de agosto de 2014, el afroestadounidense de 18 años Michael Brown robó en una tienda y luego tuvo un enfrentamiento con el policía blanco Darren Wilson, quien le disparó y lo mató pese a que Brown iba desarmado.
El incidente provocó protestas y disturbios durante días en la ciudad del estado de Missouri, además de abrir un fuerte debate en el país sobre el racismo latente en la policía en EU. La situación volvió a encenderse cuando en noviembre un jurado decidió no juzgar a Wilson por la muerte de Brown.
“Los agentes lo dejaron muerto en la calle porque no tienen respeto por los negros, ni vivos ni muertos. Lo trataron peor que a un animal”, señaló Barbara West, una lugareña de Ferguson, frente a un memorial en la calle Canfield, donde Brown yació durante cuatro horas y media tras ser abatido y donde ayer se veían decenas de peluches y globos.
En tanto, Wesley Lowery, reportero del Washington Post, y Ryan Reilly, del portal Huffington Post, fueron acusados formalmente de interferencia y violación de propiedad durante su trabajo en las protestas del año pasado que se desataron tras la muerte de Brown.
Los periodistas fueron detenidos cuando estaban en un establecimiento de la cadena McDonald’s, que usaban como base; las autoridades argumentaron que ninguno de los dos abandonó el local pese a la advertencia de que no podían garantizarles su seguridad. Agencias