Mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) admitía en un reporte que Grecia necesita un alivio de su deuda, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, intentó calmar a la población asegurando que habrá un acuerdo con los acreedores después del referéndum del domingo, en el que según un sondeo ganará el “sí” por 47.1% frente al 43% del “no”.
“No se debe trasladar a los ciudadanos más alarmismo. Tendremos un acuerdo cuarenta y ocho horas después del referéndum”, dijo Tsipras a la televisión griega Antenna. “Mientras mayor sea el voto por el ‘no’, mejor será el acuerdo que conseguiremos” y se “cimbrará” toda Europa, añadió. En caso de que gane el “sí”, el acuerdo no será “sostenible”, pero respetará el resultado, subrayó.
El premier argumentó que se vio obligado a convocar la consulta. “Cuando a alguien le lanzan un ultimátum hay tres opciones”, dijo Tsipras, quien explicó que la primera pasaba por ejercer “una responsabilidad” que no era suya, es decir, aceptar un acuerdo que “incluye medidas de recesión y no una reestructuración de la deuda... La segunda opción era optar por la confrontación. La tercera era hacer lo que hice”.
Tsipras subrayó que la salida de Grecia del euro si gana el “no”, “no es una opción para su Ejecutivo” y dejó entrever que podría abandonar su cargo porque no pondrá su “silla” por encima de los “intereses de la nación”. No tuve tiempo para enamorarme del cargo”, aseveró.
El FMI, en un reporte difundido el jueves, dijo que Grecia necesita un alivio de su deuda y 50 mil millones de euros de fondos frescos desde octubre hasta 2018, que incluyen 36 mil millones de euros de sus socios europeos, destacando la magnitud de los problemas griegos.
El gobierno griego consideró que el reporte “justifica plenamente” la posición de Atenas sobre la sustentabilidad de la deuda. El vocero Gabriel Sakellaridis dijo que el informe del FMI es “una confesión del fracaso” del rescate griego.
En el mismo sentido, Ashoka Mody, profesor de política económica internacional en la Universidad de Princeton, opinó que el informe del FMI sobre Grecia revela que esta institución y la Unión Europea no estaban “negociando de buena fe”, pues si ya tenían ese documento, “es completamente incomprensible que no discutieran un alivio de deuda profundo”.
La batalla por los votos comenzó a todo vapor ayer de cara al referéndum. Los dos principales partidos han elevado el tono de sus mensajes; mientras el gubernamental Syriza llama a respaldar el “no”, los conservadores de Nueva Democracia instan a marcar la casilla del “sí”, porque insisten en que lo que está en juego es la permanencia en el euro.
Una encuesta realizada para el banco francés BNP Paribas y publicada por el sitio de noticias griego euro2day, mostró al “sí” a la cabeza con 47% frente al 43% del “no”. La víspera, un sondeo publicado por el diario griego Ef. Syntakton reflejó que el apoyo al “no” había caído 11 puntos debido al “corralito” bancario decretado el fin de semana, que limitó a 60 euros la disposición de dinero en los cajeros automáticos.
En tanto, filas de ancianos seguían atestando los pocos bancos que abrieron para ayudarles. Las instituciones bancarias permanecen cerradas para prevenir la fuga de fondos.
El ministro del Exterior de Alemania dijo que las manos de la Unión Europea están atadas hasta que los griegos voten si aceptan la última oferta de rescate a Atenas por parte de los acreedores.
El presidente francés François Hollande dijo que si se impone el “sí”, “aunque sea sobre la base de propuestas que han caducado, se pueden reanudar las negociaciones y concluirlas rápidamente”. Mientras, miles de franceses marcharon en solidaridad con los griegos contra la austeridad.