Las potencias internacionales e Irán alcanzaron el martes un acuerdo nuclear histórico tras solventar algunos obstáculos finales, y un alto diplomático agregó que incluye un compromiso entre Washington y Teherán que permitiría a los inspectores de Naciones Unidas solicitar visitas a instalaciones militares iraníes como parte de sus labores de vigilancia.

Pero la concesión de ese acceso libre no estaría garantizada y, incluso en el caso de permitirse, podría retrasarse en el tiempo, una condición que los críticos con el pacto dicen que Teherán aprovechará para ganar tiempo y cubrir cualquier señal de que no están cumpliendo con sus compromisos.

Según el acuerdo, Teherán tendrá derecho a confrontar cualquier petición de la ONU y una junta de arbitraje, compuesta por Irán y las seis potencias mundiales que negociaron el pacto, tendrá que decidir sobre el tema.

Con todo, este acuerdo supondrá un notable avance desde las afirmaciones realizadas por altos cargos iraníes que decían que su país no dejaría nunca que la Organización Internacional de la Energía Atómica, dependiente de la ONU, entrase en estas instalaciones. Irán ha sostenido que estas visitas de la OIEA servirían de tapadera para espiar sus secretos militares.

El martes por la mañana, la Unión Europea anunció que el plenario final de Irán y los seis países negociadores se celebrará a las 10.30 hora local, seguido de una conferencia de prensa. Un diplomático occidental dijo que respaldarán el acuerdo, alcanzado durante la madrugada. Pidió mantenerse en el anonimato porque no estaba autorizado a comentar las conversaciones confidenciales.

Aunque el acceso es una parte clave en la supervisión de los recortes previstos a las actividades nucleares actuales de Teherán, para la OIEA es también importante mientras intenta avanzar tras una década de estancamiento en sus intentos por demostrar las acusaciones de que Irán trabajó sobre armas nucleares. Washington dice que Irán debe cooperar con las investigaciones de la OIEA como parte de cualquier acuerdo global antes de que se levanten todas las sanciones que pesan sobre la república islámica.

Los iraníes insisten en que nunca han trabajado en armas nucleares y rechazaron las peticiones de visita de la OIEA a las instalaciones donde, según la agencia, se llevaban a cabo esas actividades, incluyendo Parchin, el complejo militar próximo a Teherán donde según el ente se realizaron pruebas de explosivos relacionadas con la detonación de una carga nuclear.

En principio, que Irán acepte conceder el acceso a sus instalaciones militares dará a la agencia mayor autoridad en sus intentos de visitar esos lugares y en sus peticiones — anteriormente rechazadas por Teherán — de entrevistar a científicos que sospecha están implicados en el supuesto trabajo con armas nucleares.

Cualquier acuerdo tendrá que pasar por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que se espera que lo respalde a finales de mes, para iniciar los mecanismos de implementación — limites verificables y a largo plazo sobre los programas nucleares iraníes que podrían usarse para la fabricación de armas a cambio de terminar con las sanciones al país

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