Madrid.— Nacida hace 43 años en Galicia, Carolina Bescansa es la única mujer que junto a Pablo Iglesias, actual líder del partido, y Juan Carlos Monedero, fundó Podemos. Licenciada en Sociología y Ciencias Políticas, es la secretaria de Análisis Político y Social y responsable del programa electoral de Podemos, y tras la dimisión de Monedero, que abandonó hace unos meses la formación después de graves acusaciones de corrupción, se ha convertido en una pieza clave en la agrupación.
El partido, de acuerdo con la más reciente encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas, sufriría un desplome en las elecciones generales de noviembre al lograr el 16.5% de los votos, frente al Partido Popular (PP) que volvería a ganar con un 25.6%, mientras el PSOE recuperaría la segunda posición, con un 24.3%; y la otra nueva formación, Ciudadanos, crecería y sería cuarto, con un 13.8%.
El gobierno griego de Alexis Tsipras (formado por una coalición de partidos de izquierdas) se ha visto obligado a aceptar en su propuesta una subida del IVA, a eliminar las prejubilaciones y a congelar las pensiones hasta 2021.
—Sí, son malas noticias para el pueblo griego. Pero si algo ha cambiado esta semana es que la voluntad democrática de los pueblos ha entrado en el tablero de la organización financiera de la deuda europea y eso es una gran noticia. Hoy la Troika tiene más difícil imponer medidas de manera unilateral en contra de las mayorías sociales de los países de Europa en general. Y digo la Troika porque es la que está negociando pese a que son una fuerza política y financiera no elegida democráticamente.
¿En su opinión el referéndum de Alexis Tsipras ha sido positivo?
—Sí, porque ha reforzado al gobierno pero también porque el pueblo griego afronta unas nuevas condiciones de financiación de la deuda mejores, y porque las autoridades de la Troika han entendido que no se puede dictar a los países y a los gobiernos soberanos de los pueblos las normas económicas de convivencia en las que tiene que vivir con independencia de lo que su ciudadanía quiere.
En el caso de que la Troika decida hacer caer al gobierno de Syriza al que ustedes han apoyado siempre, ¿cómo va a influir esto en Podemos de cara a las próximas elecciones generales de noviembre?
—El futuro de Europa y de toda la democracia está muy unido al futuro de Grecia en las próximas semanas pero no al de Podemos. Nosotros respaldamos al gobierno de Alexis Tsipras y a su defensa de la democracia y la soberanía en este proceso, pero las situaciones de Grecia y España en términos económicos son muy distintas. España es la cuarta economía de la zona euro y Grecia representa 2% del PIB europeo.
En el caso de llegar ustedes a ganar las elecciones generales en España y a gobernar, ¿plantearían un referéndum como Syriza ha hecho para aceptar las condiciones de la Troika?
—Nosotros no tenemos miedo a las urnas ni a la gente. Planteamos una estrategia política para que la gente pueda entrar en las instituciones. Ese es el motor principal de Podemos. Si tuviéramos que decidir en nuestro país cuestiones que afectan a la estructura constitucional, a la soberanía, a elementos clave del modelo económico, por supuesto que recurriríamos a las urnas. Tanto así que ya lo hemos dicho. La democracia habría salido ganando si, cuando se modificó el artículo 135 de nuestra Constitución, en lugar de hacerlo deprisa y corriendo con acuerdos por debajo de la mesa se hubiese sometido a una consulta en referéndum con la ciudadanía y entre todos hubiésemos podido decidir.
Si gobernaran España, ¿qué propondrían hacer en Grecia? ¿Convocarían un referéndum para decidir si se perdonan o no los 28 mil millones de euros que deben a España?
—Estamos hablando de cosas diferentes. El tema de Grecia no tiene que ver con si se perdona o no la deuda. Estamos hablando de una situación de emergencia vital en un país en donde se están violando los derechos humanos, donde la gente está perdiendo derechos fundamentales como el derecho a la salud, a la vivienda, a la alimentación, a la educación...
¿Es optimista de cara al futuro?
—Sí. No creo que la UE deje caer a Grecia. La estabilidad de la zona euro no se puede permitir el lujo de jugar con Grecia. Encima de la mesa está el futuro de Grecia, pero también el del euro y el de la democracia.