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Mientras reinaba la incertidumbre acerca de si los acreedores europeos aceptarán la propuesta griega de reformas económicas a cambio de un tercer rescate, analistas evaluaban el impacto político de los últimos sucesos en el país heleno.
El primer ministro griego Alexis Tsipras, al frente de Syriza (una coalición de partidos de izquierda con la que ganó las elecciones hace cinco meses), tuvo que claudicar y proponer una serie de reformas muy alejadas de las promesas que hizo durante su campaña electoral que incluyen subidas de impuestos como el IVA, congelación de las pensiones y la privatización de aeropuertos y puertos. A cambio, sólo ha recibido alguna señal de que la deuda de su país, que alcanza el 177% del PIB, podría ser reestructurada.
Por lo anterior, expertos consultados por EL UNIVERSAL advierten que ahora en el resto de Europa los partidos políticos que se han sentido identificados con el gobernante Syriza, como Podemos, considerado su partido “hermano” en España, tratarán de alejarse de las tesis de los griegos para evitar que se les identifique con ellos, y también insistirán en que la situación económica en Grecia y en España, donde se celebran elecciones generales en noviembre, es muy diferente. Ello, para no seguir perdiendo votos, como ha ocurrido en los últimos meses con Podemos que, según una encuesta del 4 de julio que publicó el diario español El País, ha pasado de tener el 28.2% de los votos al 21.5%. Otros sondeos le otorgan incluso menos.
“No sé cómo va a influir lo que está pasando ahora en Grecia en el resultado electoral en noviembre en España”, asegura Joaquín Almunia, ex vicepresidente de la Comisión Europea, a pregunta de EL UNIVERSAL durante el foro organizado por el Real Instituto Elcano titulado “Grecia y el futuro del euro”.
“No soy adivino”, añade. “De lo que sí estoy seguro es de que el discurso de varias formaciones políticas va a cambiar y se van a alejar de las tesis en las que estaban hasta ahora. Y en la campaña electoral nadie se va a identificar con lo que ha ocurrido en Grecia en estos años, y los partidos van a establecer cortafuegos políticos”, asegura.
Para Federico Steinberg, investigador principal de Economía Internacional del Real Instituto Elcano, el que Syriza y Podemos hayan estado tan unidos en estos meses ha sido perjudicial para ambos.
“El que Syriza haya tenido el apoyo de Podemos cuando ganó las elecciones hace cinco meses y el que Podemos haya tenido el de Syriza en la última campaña electoral ha sido perjudicial para ambos”, asegura a este diario. “Se ha demostrado que Syriza no es convincente en sus promesas y que Tsipras lleva cinco meses en el poder y todavía no tiene un proyecto nacional”, apunta. “Ya no genera confianza entre la ciudadanía”, añade. “Por eso ahora Podemos está empezando a tomar distancia del partido griego”.
En su opinión, el polémico referéndum griego del 5 de julio que Tsipras llevó a cabo desafiando a Bruselas, en el que los griegos rechazaron las condiciones impuestas por la Troika (Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Comisión Europea), y que fue respaldado por Podemos, fue un error. “Supuso un choque de soberanías nacionales, cuando lo que debe hacer la Unión Europea es construir un espacio supranacional de democracia”, dice. “Los jefes de Estado y de gobierno deberían tener más altura de miras”.
Almunia también cree que con el referéndum, Tsipras sólo “empeoró la situación”. El premier griego, añade, negoció “de manera torpe”.
En contraste, Ignacio Molina, investigador principal del Real Instituto Elcano, cree que convocar el referéndum sirvió para dar a Tsipras “una legitimidad política” y fortalecer su liderazgo, sobre todo de cara a la facción más extremista de Syriza.
Ahora que Tsipras tuvo que claudicar y enviar una propuesta de reformas que incluye alzas de impuestos y afecta el sistema de pensiones, Molina subraya la importancia de que el primer ministro heleno logre “un proyecto de unidad nacional con el que convenza a la ciudadanía de que se han conseguido cosas”, dice. “Si se consigue una reestructuración de la deuda será un punto importante que él podrá vender a la opinión pública”, asegura.
Almunia, quien acusa a los sucesivos gobiernos griegos de la situación en la que se encuentra el país, pero también a los líderes de la UE y de la Comisión Europea “porque miraron para otro lado o se cruzaron de brazos ante lo que estaba pasando”, subraya la importancia de que este lunes haya dinero en los bancos griegos. De lo contrario, dice, “se colapsará el sistema y eso será el principio del fin de Grecia en el euro y un agravamiento de la situación de los ciudadanos griegos”, advierte.
Un Grexit (salida de Grecia del euro), ensombrecería el panorama en la región. “Sería un golpe político descomunal, de desconfianza, de credibilidad” en Grecia y “pondría en duda la credibilidad del proyecto europeo”, advierte Almunia.
“Sería el fin del sueño europeo”, asegura Steinberg.