Miles de personas recordaron hoy en Hong Kong a las víctimas de la plaza Tiananmen de Pekín, en una jornada en la que las históricas protestas democráticas del año pasado volvieron a quedar latentes en el ambiente popular de la ciudad.
La convocatoria, organizada por la Alianza de Hong Kong en Apoyo de los Movimientos Democráticos Patrióticos en China, sirvió de plataforma para numerosas organizaciones estudiantiles para criticar el marco restrictivo para la implantación del sufragio universal que Pekín pretende imponer en Hong Kong.
Líderes estudiantiles aprovecharon el momento para pedir una enmienda a la Ley Fundamental de Hong Kong -el equivalente a su Constitución-, para poder instaurar un sistema democrático sin restricciones para la excolonia británica, cuyo Parlamento votará el próximo día 17 la polémica reforma electoral que originó la "revolución de los paraguas" que tuvo lugar entre septiembre y diciembre del pasado año.
La celebración del 26 aniversario de la masacre en Tiananmen, que encendió el parque Victoria de la isla de Hong Kong con miles de velas para recordar a los muertos en la famosa plaza pequinesa, se alza como la mayor protesta contra el Gobierno chino que se lleva a cabo dentro de su territorio.
Este año, y por primera vez en más de un cuarto de siglo, nuevas generaciones de manifestantes, organizados a través de grupos estudiantiles y políticos, llevaron a cabo conmemoraciones paralelas, en lo que se señala como una nueva corriente local que busca más aprovechar el evento para reivindicar una mayor apertura democrática para Hong Kong antes que mayores libertades para la parte continental china.
El pensamiento del localismo ha ido ganando terreno entre los más jóvenes a la par que un creciente sentimiento antichino ha ido cultivándose en los últimos años.
El movimiento nativista, como ya ha sido apodado, tiene su hueco en los últimos años en Hong Kong, mientras que la noción de patriotismo ha sido objeto de intenso debate en la ciudad, especialmente desde que el jefe del Ejecutivo de Hong Kong, Leung Chun-ying, tomara su puesto en julio en 2012.
La polémica reforma electoral que planteó Pekín en agosto para Hong Kong y que será votada en menos de dos semanas, está siendo la última prueba de juego para este Gobierno y para China.
Las históricas protestas a favor de mayores libertades de 2014 también ayudaron a revivir, y despertar en algunos, no sólo el espíritu contestatario de los hongkoneses hacia el poder que China ejerce sobre el territorio sino también el sentimiento de desapego hacia el país de origen.
"Hoy estamos aquí para pedir que no se olvide el pasado, pero también para recordar que el futuro de nuestra ciudad debe de estar en nuestras manos y no en la de quienes hace 26 años trataron de hacernos callar", dijo a Efe el estudiante Oscar Lai a las puertas del parque Victoria mientras recogía fondos para uno de los partidos liberales del Parlamento hongkonés.