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Más de un centenar de personas murieron ayer en una serie de atentados perpetrados por presuntos terroristas islámicos en Túnez, Kuwait, Somalia y Francia con pocas horas de diferencia.
En la ciudad portuaria de Susa, en la costa este de Túnez, perdieron la vida 39 personas en un ataque en un hotel de la cadena española RIU, en el que un estudiante tunecino abrió fuego contra los turistas que estaban tomando el sol en la playa. El agresor fue abatido.
En tanto, en un atentado suicida contra una mezquita chiíta de Kuwait murieron al menos 27 personas y 227 resultaron heridas.
En el sur de Somalia, más de 50 soldados de Burundi murieron ayer en un ataque perpetrado por el grupo islamista Al Shabaab contra una base militar de la Unión Africana (UA).
Mientras tanto, en Francia, un trabajador de reparto con vínculos a organizaciones islamistas decapitó a su jefe y dejó su cuerpo en una planta de gases industriales cercana a Lyon, antes de intentar hacer estallar el complejo.
El portavoz del Departamento estadounidense de Estado, John Kirby, afirmó que no hay indicios “a nivel táctico” de que los ataques terroristas en Francia, Túnez y Kuwait hayan estado coordinados, aunque todos tuvieron un trasfondo islámico.
Por lo pronto, Reino Unido convocó una sesión de urgencia de su gabinete de seguridad y España ordenó elevar el nivel de alerta.
El martes se cumple un año desde que la agrupación extremista sunita Estado Islámico (EI) anunció el establecimiento de un califato islámico. El grupo instó además a sus simpatizantes a perpetrar atentados contra “enemigos” del islam durante el mes del Ramadán, el mes sagrado del ayuno, actualmente en curso.
El grupo asumió ayer la autoría del atentado en la capital de Kuwait, donde un atacante suicida hizo detonar los explosivos en la mezquita Al Sadiq durante el tradicional rezo del viernes, informó la agencia Kuna.
El EI dijo en un comunicado publicado en las redes sociales que el ataque tuvo por objetivo un “templo de los que rechazan”, un término que a menudo utiliza para referirse a los musulmanes chiítas, a quienes considera herejes. Se trata del primer ataque suicida con bomba contra una mezquita chiíta en el pequeño país exportador petrolero del Golfo Pérsico.
La milicia terrorista asumió también la autoría del atentado contra el hotel Imperial Marhaba en Susa, ubicada a 120 kilómetros de la capital tunecina, según informó el Ministerio del Interior de Túnez.
En las afueras del hotel de una cadena española se produjeron tiroteos entre el agresor y las fuerzas de seguridad. El estudiante fue muerto y la búsqueda de otros sospechosos resultó infructuosa, se informó.
De acuerdo con reportes de la radio local Mosaique FM, entre las víctimas figuran al menos 10 turistas británicos y algunos alemanes y belgas. No se confirmó que hubiera españoles.
“Ha sido una auténtica masacre. Empezaron a gritar palabras en árabe y a disparar a todo el mundo. Ha sido el peor día de mi vida”, dijo Helga, una jubilada alemana que disfrutaba del sol con un grupo de amigos.
El atentado en Túnez se produjo pocos meses después del ataque contra el Museo Nacional del Bardo, el pasado marzo, donde murieron 20 turistas extranjeros.
Francia también ha vuelto a vivir la conmoción de un ataque terrorista islámico. Un hombre intentó volar una planta de gases como oxígeno y argón en la localidad de Saint-Quentin-Fallavier, cercana a la segunda mayor ciudad francesa, Lyon, donde se halló una persona decapitada y otras dos resultaron heridas, en un nuevo ataque con aparente trasfondo islamista casi medio año después de los atentados contra la revista Charlie Hebdo en París.
El cuerpo del hombre decapitado hallado en el lugar estaba cubierto con inscripciones árabes, su cabeza había sido colocada sobre la valla, y cerca del lugar se podían ver dos banderas islamistas negras. El agresor, un empleado de 35 años que ha había sido fichado en 2006 por tendencias radicales, fue herido y detenido. Su esposa, su hermana y otra persona más fueron puestos bajo custodia para ser sometidos a interrogatorios.
El presidente de Francia, François Hollande, que estaba en Bruselas en la cumbre de la Unión Europea, adelantó su regreso y aseguró que “no debería haber dudas respecto a la capacidad de nuestro país de protegerse y mantenerse vigilante”.
En cuanto a Somalia, un atacante suicida impactó un vehículo cargado de explosivos contra la entrada de una base de la UA en la localidad de Lego; luego, milicianos armados con ametralladoras y lanzagranadas atacaron la base.
El presidente Enrique Peña Nieto externó vía Twitter su condena a los atentados en Francia, Kuwait y Túnez y expresó su solidaridad con las familias de las víctimas.
Estados Unidos también condenó los ataques terroristas y ofreció su colaboración a los tres países. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) emitió un comunicado subrayando “la necesidad de llevar a los responsables de estos condenables actos de terrorismo ante la justicia”.