La histórica iglesia metodista Emanuel reabrió ayer sus puertas, cuatro días después de que un joven blanco de 21 años perpetrara en su interior una de las peores matanzas en un centro religioso del país, al asesinar a tiros a nueve feligreses negros.
El servicio religioso estuvo rodeado de fuertes medias de seguridad. La congregación entonó himnos en recuerdo de las víctimas, mientras que el asiento del reverendo Clementa Pinckney, uno de los fallecidos, estaba cubierto de negro. Fuera del templo, las iglesias de la ciudad hicieron sonar sus campanas en señal de solidaridad y cientos de personas acompañaron el oficio con flores y tributos.
Entre los presentes en la ceremonia estaban la gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, el alcalde Joseph Riley y el precandidato republicano a la presidencia Rick Santorum.
En tanto, surgieron nuevos detalles sobre las supuestas opiniones que Dylann Roof, de 21 años, acusado del asesinato de nueve personas en la iglesia, habría vertido en una página web presuntamente registrada a su nombre. En el manifiesto, Roof afirma que se decidió a atacar Charleston al tratarse de la ciudad más histórica de Carolina del Sur y debido a que tiene “la proporción más elevada de negros respecto a blancos en el país”.
Roof afirma que sus opiniones racistas se remontan al asesinato en 2012 del adolescente negro Trayvon Martin, muestra su odio hacia afroestadounidenses, hispanos y judíos y lamenta que nadie esté haciendo nada contra los grupos minoritarios.
“No tenemos 'skinheads', no hay un (Ku Klux Klan) real, nadie está haciendo nada, más allá de hablar en internet. Bien, alguien tiene que tener el valor de llevar eso al mundo real, y creo que tengo que ser yo”, afirmaría Roof en la web, según The Post and Courier.
Al parecer la web fue retirada a última hora del sábado.
Mientras tanto, en estos días los temas del racismo y el control de armas llegaron a las campañas presidenciales: la demócrata Hillary Clinton lamentó el fracaso en el Congreso de las legislaciones para el control de armas promovidas por Obama, mientras su correligionario Martin O'Malley también hizo una “llamada a la acción” en materia legislativa para acabar con lo que definió como “una horrible epidemia de violencia con armas” en el país.
Los aspirantes republicanos, cuyo electorado es mayoritariamente blanco y contrario al control de armas, evitaron tanto como pudieron abordar directamente estos dos asuntos en sus discursos y condolencias tras el suceso. El ex gobernador de Florida Jeb Bush centró su mensaje en la defensa de la religión y dijo que “no sabía qué había en la mente” del asesino.