Incapaz de igualar la oferta de China de 250 mil millones de dólares en inversiones en América Latina y el Caribe, la Unión Europea (UE) buscó el jueves formas de evitar quedar marginada en la región, ofreciendo nuevos acuerdos comerciales, exenciones de visa y lazos más profundos.

En una cumbre de dos días de líderes de Europa y de América Latina y el Caribe, en Bruselas, funcionarios europeos dejaron de lado brevemente las preocupaciones sobre Grecia, Ucrania y el futuro de Gran Bretaña en la UE para subrayar que no han olvidado a sus ex colonias. “Hemos visto que China ha desarrollado relaciones comerciales muy intensas”, dijo la canciller alemana, Angela Merkel. “Europa y América Latina deberían incrementar su comercio”, agregó.

La reunión de la UE con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) se dio luego de una cumbre de China hace seis meses con el bloque de 33 países, en la que el presidente Xi Jinping prometió 250 mil millones de dólares en inversiones durante 10 años. La Comisión Europea anunció en la cumbre un total de unos 700 millones de euros de ayuda a iniciativas en favor del desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe.

Enfrentando el impacto de una crisis de deuda que casi quiebra la zona euro, Europa tiene poco dinero para invertir. En cambio, está optando por usar su influencia como el mayor bloque comercial del mundo, sellando gradualmente una serie de acuerdos. Funcionarios de la UE dijeron que, a medida que la demanda de China de las materias primas latinoamericanas disminuye, Europa tiene la oportunidad de reafirmarse.

La UE acordó con Brasil volver a intentar desbloquear las largamente estancadas conversaciones con el bloque comercial sudamericano Mercosur, comprometiéndose a realizar ofertas de intercambio para abrir sus mercados hacia fin de año.

La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, aseguró que no está “frustrada” con la marcha de las negociaciones para el acuerdo comercial entre Mercosur y la UE y aseguró que “no hay motivos para que Argentina no vaya con Brasil en las conversaciones”.

“No estoy frustrada”, aseguró Rousseff al término de la cumbre entre la UE y la CELAC. La mandataria brasileña celebró que las negociaciones para intercambiar propuestas ya tienen fecha. Según el ministro brasileño de Exteriores, Mauro Vieira, Mercosur y la UE intercambiarán sus propuestas de liberalización comercial durante el último trismestre del año, algo después de la fecha que fue propuesta por el bloque sudamericano en un primer momento.

Brasil, como presidente pro témpore de Mercosur, había anunciado el miércoles que plantearía el mes de julio como fecha para presentar las propuestas. El Mercosur es prácticamente el único bloque económico latinoamericano con el que la UE no tiene suscrito un acuerdo comercial. En total la UE tiene tratados de este tipo con 26 de los 33 países de la CELAC.

Entre los principales obstáculos para llegar a un acuerdo está la exigencia europea de dejar fuera el capítulo agrícola, único espacio que resulta tentador para los latinoamericanos. A su vez, el Mercosur rechaza reducir sus aranceles a productos industriales.

Bruselas lanzará además conversaciones para profundizar acuerdos con México y Chile para reducir las barreras comerciales. Ecuador está en proceso de implementar un pacto de libre comercio con la UE. Otros acuerdos en la cumbre incluyeron a cinco países del Caribe que obtuvieron el beneficio de viajar a Europa sin visa, a los que seguirían Colombia y Perú.

La UE y Brasil también discutieron planes para instalar un cable submarino de comunicaciones desde Lisboa a Fortaleza para reducir la dependencia de Brasil de Estados Unidos. Brasil quiere proteger su tráfico de internet de la vigilancia estadounidense, luego de que Washington espió el teléfono y el correo electrónico de la presidente brasileña.

A pesar de las sanciones estadounidenses sobre Venezuela, la UE evitó criticar al presidente Nicolás Maduro, quien enfrenta malestar civil en su país y no asistió a la cumbre.

El presidente ecuatoriano Rafael Correa, aliado de Venezuela, rechazó cualquier reproche a Maduro, diciendo que la posición estadounidense que describe a Venezuela como una amenaza a la seguridad nacional era “absurda”.

El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, expresó frustración al dejar la reunión al decir que “creo que el futuro de Venezuela está en el diálogo, la democracia, la libertad y el respeto por la ley”.

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