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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, acelerará la solicitud de ayuda federal que presentará en Texas para responder a la emergencia provocada por las inundaciones que dejaron las fuertes lluvias en las últimas horas en esa entidad.
"Anticipo que habrá significativas peticiones y vamos a acelerarlas para asegurarnos que, donde se realicen tanto las operaciones de búsqueda y rescate como las de recuperación (de cuerpos), éstas sean atendidas tan pronto como sea posible", afirmó el mandatario este martes.
En declaraciones a la prensa en la Casa Blanca, junto al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el presidente dijo haber conversado esta mañana con el gobernador de Texas, Greg Abbot, a quien expresó sus condolencias por la pérdida de vidas a causa de este desastre natural.
"Le aseguré al gobernador Abbot que puede contar con la ayuda del gobierno federal" , indicó el mandatario, tras destacar que personal de la Agencia Federal del Manejo de Emergencias (FEMA) ya está en Texas trabajando en coordinación con las autoridades locales.
Obama extendió sus condolencias a las familias y comunidades "que han sido afectadas por algunas de estas devastadoras inundaciones".
Reportes oficiales indicaron que al menos cinco personas murieron y 12 están desaparecidas, debido a las inundaciones de los últimos días.
Autoridades del condado de Harris en Houston informaron que dos personas fueron halladas muertas la madrugada de este martes en el área metropolitana, una de ellas sería el conductor de un vehículo varado en calles del este de esa ciudad.
En Dallas, las autoridades encontraron el lunes el cuerpo de Damien Blade de 14 años, quien fue arrastrado por las corrientes cuando paseaba a su perro.
Mientras que en San Antonio, una estudiante de preparatoria que regresaba de su fiesta de graduación murió el sábado cuando las aguas arrastraron su automóvil.
En la zona central, donde las lluvias han sido aún más intensas, un hombre murió el domingo arrastrado por la corriente del río Blanco, el cual se desbordó e inundó las comunidades de Wimberley y San Marcos, al norte de la capital, Austin.
