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Las calles de Cleveland estaban en gran medida tranquilas el domingo por la mañana después que agentes antidisturbios realizaron numerosas detenciones durante la noche de manifestantes indignados por la absolución de un patrullero en la muerte de dos sospechosos negros desarmados en medio de una andanada de disparos de la policía.
Michael Brelo, de 31 años, aún enfrenta cargos administrativos mientras permanece suspendido sin goce de sueldo después de que el sábado fue hallado inocente de dos cargos de homicidio voluntario, pero ya no enfrenta la posibilidad de ir a prisión.
La ciudad intranquila espera ahora una decisión sobre los cargos penales en contra de un policía blanco en la muerte a tiros de un niño negro de 12 años que portaba una pistola de perdigones.
Brelo y otros 12 agentes hicieron 137 disparos a través del parabrisas y ventanas de un vehículo sospechoso en cuyo interior estaban Timothy Russell y Malissa Williams el 29 de noviembre de 2012.
El tiroteo se produjo al final de una persecución de 22 millas en la cual participaron más de 100 policías de Cleveland y 60 patrulleras, después que el destartalado Chevy Malibu de Russell hiciera explosiones del escape debido a un motor mal afinado mientras pasaba a alta velocidad frente a la delegación de policía.
Un policía informó que durante la persecución, creyó haber visto a Williams con un arma. Al final, la policía confundió algunos de los disparos de agentes con tiros hechos desde el coche de Russell.
Brelo hizo un total de 49 disparos esa noche, pero fueron los últimos 15 los que atravesaron el parabrisas mientras estaba de pie sobre el capó del vehículo de los sospechosos. Enfrentaba una pena de 22 años de prisión si el juez lo hubiera declarado culpable de dos cargos de homicidio involuntario.
El tiroteo fue un factor clave por el que inició una investigación del Departamento de Justicia, que concluyó que la policía de Cleveland incurrió en un patrón y prácticas de abuso de la fuerza y violaciones de los derechos civiles de las personas.
Después de conocerse el veredicto del sábado, hubo protestas airadas, pero sobre todo ordenadas y pacíficas. Más de una decena de manifestantes fueron arrestados por la noche luego de que desobedecieron las órdenes de la policía de dispersarse de un callejón en el lado oeste de la ciudad, dijo el subjefe de policía Wayne Drummond. Varias personas fueron detenidas en otros lugares de la ciudad.
La primera protesta se formó el sábado por la mañana fuera del Centro de Justicia, donde el juez John P. O'Donnell leyó su veredicto de 35 páginas. Una protesta más grande, de alrededor de 200 personas, ocurrió al mediodía cerca de donde vive el fiscal del condado de Cuyahoga Tim McGinty.
Ambas protestas se fusionaron más tarde en un centro de recreación donde Tamir Rice, de 12 años de edad, murió por un policía novato en noviembre pasado. Aunque la manifestación se volvió ruidosa -Eugene Rice exigió airadamente que se hiciera justicia para su nieto-, se mantuvo tranquila.
Una investigación sobre el tiroteo en el que murió Tamir arroz está casi terminada y será turnada a la fiscalía para decidir si presenta cargos penales.