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Washington.— Sin grandes anuncios, ni comunicados grandilocuentes Estados Unidos y Cuba decidieron ayer extender sus conversaciones para tratar de avanzar en el espinoso asunto de la apertura de las embajadas y la autorización del personal diplomático que se encargará de gestionar el más ambicioso plan para terminar con el aislamiento de Cuba y el inicio de operaciones de la embajada cubana en Washington.
Tras una maratónica reunión de más de ocho horas en el Departamento de Estado, las delegaciones de ambos países se resistían a adelantar los avances del encuentro que será reseñado hoy durante sendas comparecencias con los medios de comunicación. “Las conversaciones entre las delegaciones de Cuba y Estados Unidos han concluido y continuarán este viernes con acceso a la prensa”, dijo la portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf.
El optimismo impregnaba el ambiente con la difusión de las fotografías del encuentro, a través de la cuenta oficial de Twitter, donde los representantes de ambos países se mostraron complacidos. Al mismo tiempo, desde la Casa Blanca, el portavoz Josh Earnest se mostraba optimista sobre el avance hacia la “normalización” de las relaciones con la negociación de los términos en que ambos países abrirán las puertas de sus embajadas y las reglas que deberán observar sus respectivos funcionarios diplomáticos. “Uno de los muchos puntos de fricción en estas conversaciones han sido las reglas que rigen las actividades y movimientos de los diplomáticos de Estados Unidos en Cuba”, aseguró Earnest.
“Confiamos que los negociadores resuelvan estas diferencias para asegurarnos de que estamos bajo un acuerdo que permitirá a los diplomáticos estadounidenses en Cuba hacer lo que hacemos los diplomáticos estadounidenses en países de todo el mundo, que es no sólo relacionarnos con los líderes del gobierno, sino también interactuar con la gente”, añadió para confirmar así que la libertad de movimientos de lo diplomáticos de EU en Cuba es uno de los más contenciosos.
Precisamente, durante el encuentro realizado ayer funcionarios del Departamento de Estado insistieron en la necesidad de tener una embajada que sea capaz de responder a las muchas necesidades que se desprenderán del flujo de visitantes, empresarios y periodistas desde Estados Unidos hacia la isla.
“Para ser una embajada eficaz tiene que tener más personal para atender a nuestros ciudadanos y para resolver las dudas de los empresarios. Para ello necesitan tener acceso a toda la isla y los cubanos también tener acceso a todo EU”, consideró la funcionaria diplomática Vicki J. Huddleston, quien la semana pasada estuvo en La Habana para conocer de primera mano las necesidades de la futura embajada en La Habana.
La cantidad de funcionarios y la libertad de movimientos de los diplomáticos en ambos países fue así un asunto central de las conversaciones, lo mismo que el reclamo de Cuba para poner fin a los programas de entrenamiento de periodistas que ha mantenido el Departamento de Estado para reconstruir el tejido de unos medios críticos e independientes en la isla.
Al margen de la cumbre, la sección de intereses de Cuba confirmó ayer que encontró un banco con el que hacer sus operaciones en EU, lo que supone un importante paso para facilitar la reapertura de una embajada en la capital estadounidense. Se trata del Banco Stonegate de Florida, según dijo el presidente de la entidad, Dave Seleski.
La Casa Blanca quiso además transmitir una señal de apertura y buena voluntad hacia la isla con la invitación de un equipo de periodistas cubanos a la habitual conferencia de prensa.
Al concederle la palabra a una periodista de la televisión cubana, que cubría por primera vez una rueda de prensa en la Casa Blanca, Earnest aseguró que “no hay una persona más entusiasta que el presidente Barack Obama para viajar a Cuba en un futuro cercano”.
Los presidentes Obama y Raúl Castro anunciaron el 17 de diciembre un acuerdo para retomar las relaciones diplomáticas rotas en 1961. La primera toma de contacto oficial entre ambos gobiernos tuvo lugar el 22 de enero en La Habana tras el acuerdo de diciembre. Las delegaciones se reunieron previamente dos veces en La Habana y una en Washington. Con información de agencias