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La ex secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton recibió mensajes mensuales sobre la creciente intranquilidad en Libia de parte de un viejo amigo al que previamente la Casa Blanca había prohibido que trabajase para ella como empleado del gobierno, de acuerdo con correos electrónicos recibidos en su cuenta personal.
Los mensajes muestran el papel desempeñado por Sidney Blumenthal, que estaba trabajando para la Fundación Clinton y asesorando a un grupo de empresarios que trataban de ganar contratos de parte del gobierno de transición libio. Blumenthal reiteradamente envió mensajes sobre la situación en Libia a Clinton, quien a su vez los remitió a sus asistentes en el Departamento de Estado.
Las gestiones previas de Clinton para contratar a Blumenthal -que ha pasado casi dos décadas trabajando para la familia Clinton- como empleado del Departamento de Estado habían sido rechazadas por funcionarios del gobierno de Barack Obama, que dijeron temer que el papel que desempeñó en los duros ataques contra Obama en las primarias presidenciales demócratas del 2008 causaría incomodidad entre los miembros del nuevo equipo en la Casa Blanca.
Clinton es la principal candidata a la nominación demócrata a la presidencia, lo que ha elevado el nivel de escrutinio al uso que dio de los correos electrónicos privados cuando era secretaria de Estado.
El papel de Blumenthal fue revelado en casi 350 páginas de correos electrónicos, publicados el jueves por The New York Times, sobre los ataques del 2012 contra el consulado estadounidense en Bengasi, Libia, en el que murieron cuatro norteamericanos, incluido el embajador Christopher Stevens.
El año pasado, Clinton le entregó al Departamento de Estado 55.000 páginas de mensajes electrónicos que dijo correspondían a su trabajo como secretaria de Estado y que fueron enviados desde la dirección personal que usó cuando trabajaba en la agencia.
Los mensajes sobre los acontecimientos en Libia fueron entregados para su revisión a un panel especial de la Cámara de Representantes que investiga el ataque. Se espera que el departamento los dé a conocer en los próximos días tras meses de demoras.
El panel, que en un principio fue formado con el fin de investigar la muerte de Stevens, se ha convertido en un vehículo para cuestionar ampliamente el desempeño de Clinton en el Departamento de Estado, lo que revela municiones potenciales para ataques republicanos en la campaña del 2016. Esta semana, el panel conminó a Blumenthal a declarar en el Capitolio.
Nada en los mensajes electrónicos indica que Clinton haya solicitado activamente consejos de Blumenthal o presunta información de inteligencia, aunque los documentos contienen unas pocas respuestas que ella pudo haberle enviado. Sus respuestas son corteses, y en una de ellas le agradece por información "útil" .
Gran parte del contenido de los mensajes lidia con los conflictos internos que siguen azotando a Libia, cuando débiles líderes políticos no desarmaron a las milicias revolucionarias y diferentes comandantes se disputaron el control del país.
En la noche posterior al ataque en Bengasi, Blumethal le envió a Clinton un análisis del ex funcionario de la CIA Tyler Drumheller que presuntamente contenía información de "fuentes con acceso directo al Consejo Nacional de Transición Libio, así como de los niveles más elevados de gobiernos europeos y de los niveles más altos en los gobiernos europeos y servicios de inteligencia y seguridad occidentales" .
El memorándum decía que un alto funcionario libio, Mohamed Yusef el-Magariaf, le había dicho a socios cercanos que el ataque en Bengasi fue realizado por el grupo extremista Ansar al-Sharia y que funcionarios de seguridad libios creían que, para llevarlo a cabo, el grupo "se aprovechó de la cobertura proporcionada por" las manifestaciones contra un video en internet que se consideró insultante al profeta Mahoma.
El mensaje fue enviado por Clinton a su subjefe de despacho Jake Sullivan con instrucciones de prestarle atención inmediata al asunto.