Washington.— El candidato a la primarias presidenciales del Partido Republicano, Marco Rubio, manifestó ayer que quiere enterrar la llamada “doctrina Obama”, que apuesta al diálogo, para mantener el liderazgo de Estados Unidos en el mundo.

En un discurso en el Consejo de Relaciones Exteriores en Nueva York, el senador por Florida presentó cuáles serán sus prioridades en política exterior si es elegido presidente de Estados Unidos.

Rubio, de 43 años, aseguró que el mundo es hoy “mucho más peligroso” que cuando Obama llegó a la Casa Blanca y consideró que la llamada “doctrina Obama”, que ha conducido al presidente a entablar el diálogo con países hostiles como Irán o Cuba, es la culpable de ello.

Durante su discurso, Rubio criticó con dureza la política exterior del mandatario y de la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, candidata a las primarias demócratas: desde el acercamiento a Cuba hasta el acuerdo nuclear con Irán, pasando por las relaciones con Rusia.

Rubio, de origen cubano, lamentó que la administración Obama haya abandonado “los ideales que durante mucho tiempo fueron la columna vertebral de la política exterior de Estados Unidos: una defensa apasionada de los derechos humanos, un apoyo fuerte a los principios democráticos y la protección de la soberanía de nuestros aliados”.

“Nuestro próximo presidente deberá corregir los errores que ha hecho el actual”, dijo Rubio, quien consideró que él es la persona adecuada para suceder a Obama en el puesto, no la ex primera dama.

“Simplemente no podemos permitirnos elegir como nuestro próximo presidente a una de las principales artífices de la política exterior de su administración: una líder del pasado cuyo mandato como secretaria de Estado fue, en el mejor de los casos, ineficaz y, en el peor, peligrosamente negligente”, añadió Rubio.

Si es elegido en las elecciones de noviembre de 2016, Rubio, un “halcón” en política exterior, dijo que pondrá en marcha lo que sus asesores ya llaman “la doctrina Rubio”. El republicano explicó que su doctrina se basa en tres pilares: un ejército fuerte, la protección de la economía estadounidense en un mundo globalizado y la defensa de los valores fundamentales de EU. DPA

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