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El agente blanco que se enfrenta a cargos de asesinato en Carolina del Sur tras la publicación de un video en el que aparece disparando por la espalda a un sospechoso negro, permaneció en el cuerpo policíaco a pesar de una queja de 2013 por uso de fuerza excesiva contra otro hombre negro desarmado.
En una entrevista exclusiva con la Associated Press el miércoles, Mario Givens contó cómo una mañana de 2013 se despertó poco antes del amanecer por los fuertes golpes en la puerta principal de su vivienda familiar en North Charleston.
En su porche estaba el agente Michael Thomas Slager, el mismo agente acusado ahora de balear y matar a Walter Lamer Scott tras darle el alto cuando conducía con una luz rota. El último caso de un hombre negro desarmado muerto a manos de un policía blanco atrajo atención internacional esta semana tras una grabación de video realizada por un peatón que mostró a Slager disparando en ocho ocasiones mientras Scott huía.
Givens, que también es negro, recuerda que entreabrió la puerta y preguntó al agente qué quería. En ese momento vestía sólo una camiseta y unos calzoncillos, señaló.
"Dijo que quería entrar, pero no dijo por qué", agregó Givens, quien ahora tiene 33 años. "Nunca dijo qué estaba buscando".
Entonces, sin una advertencia de por medio, Slager empujó la puerta, dijo.
"'Sal afuera o te taseo''', apuntó recordando las palabras del policía, que se refería a pistolas paralizantes conocidas popularmente como taser, mientras irrumpía en la vivienda. "No quería que me pasara eso, así que levanté las manos sobre la cabeza, y cuando lo hice me taseó igualmente".
El dolor provocado por la descarga fue tan intenso que cayó al suelo y comenzó a llamar a su madre, que también estaba en la vivienda, dijo. Para entonces, otro policía había entrado en la casa y juntos lo arrastraron al exterior lanzándolo al suelo. Le pusieron los grilletes y lo metieron en la parte de atrás de un coche patrulla.
Aunque inicialmente fue acusado de resistencia a la autoridad, más tarde Givens quedó en libertad sin cargos.
"Fue devastador", dijo Bessie Givens, de 57 años, que se despertó por los gritos de su hijo. "Ves a tu hijo así, tan vulnerable. No sabes lo que va a pasar. Estaba muy asustada".
Resultó que los agentes habían acudido al domicilio familiar a instancias de la ex novia de su hermano, quien antes había reportado que al despertarse en su casa cercana se encontró a Matthew Givens en su dormitorio, a donde no había sido invitado. La mujer dijo que él se marchó cuando ella comenzó a chillar y llamó al 911.
Esa mujer, Maleah Kiara Brown, dijo en una entrevista a la AP el miércoles, que ella y una amiga siguieron a los policías hasta la casa de Givens y estaban sentadas fuera mientras Slager llamaba a la puerta. El segundo agente había ido a dar la vuelta a la vivienda. Le había dado a los agentes una descripción detallada de Matthew Givens, que mide alrededor de 1,65 metros (unos 5 pies y 5 pulgadas). Mario Givens supera el 1,80 (6 pies) de altura.
"No se parecía nada a la descripción que le di a los policías", dijo Brown refiriéndose a Mario Givens. "Le preguntó al agente por qué estaba en la casa. Lo hizo de buenas maneras. El agente de policía dijo que quería que saliese a fuera. Entonces le preguntó, '¿Por qué, por qué quiere que salga fuera?' Entonces el agente se coló dentro y lo agarró".
Momentos más tarde, vio a los agentes arrastrar a Givens fuera de la casa y arrojarlo en la tierra. Brown dijo que les gritó que tenían al hombre equivocado, pero que no la escucharon. Aunque Givens no opuso resistencia, la mujer dijo que vio como Slager utilizó una pistola paralizante contra él.
"Él estaba chillando de dolor", recuerdó Brown. "Dijo: 'Me taseó. Me taseó. ¿Por qué?' Fue horrible. Terrible. Pregunté al policía por qué lo había taseado y me dijo que me apartase".
Más tarde, la mujer contó a una supervisora de la policía lo que había visto.
"Era arrogante", dijo sobre Slager. "Parecía que quería herirle. No había necesidad de tasearlo. No había razón. No era una amenaza - y nosotros le dijimos que tenían al hombre equivocado".
Enfadado por lo sucedido, Mario Givens acudió a la comisaría de la policía al día siguiente y presentó una queja formal. Él y su madre dijeron que varios vecinos que observaron lo sucedido en el jardín delantero de la vivienda familiar contactaron con la policía, aunque los agentes se negaron a tomarles declaración.
El informe del incidente de esa noche presentado por Slager y el otro policía, Maurice Huggins, ofrece una versión muy distinta de los hechos. En el documento, obtenido por la AP a través de una solicitud de registros públicos, Slager escribió que no podía ver una de las manos de Givens y que temió que pudiese estar empuñando un arma. Añadió que observó sudor en la remera de Givens, algo que percibió como una prueba de que podría haber vuelto corriendo de la casa de Brown, y luego le ordenó salir de la vivienda en varias ocasiones.
Cuando Givens no le hizo caso, Slager dijo que entró en la vivienda para evitar que huyese, y se vio obligado a usar su pistola paralizante cuando Givens forcejeó con él. Según el reporte de los agentes, los dos hermanos Givens fueron descritos con una apariencia "muy similar".
Luego de que Mario Givens presentase su queja, el departamento abrió una investigación interna. Un breve informe incluido en el archivo personal de Slager dijo que se designó a un oficial superior para las pesquisas. Tras un par de semanas, el caso se cerró con una anotación de que Slager fue "exonerado".
Brown aparece mencionada como testigo en el informe de la investigación, pero su presunta declaración no incluye ninguno de los detalles que dijo había ofrecido sobre Slager empleando su pistola aturdidora contra Givens aún cuando este estaba ya en el suelo. La mujer dijo que nunca fue contactada por los investigadores y que no habló con nadie sobre esa noche hasta que conversó con un periodista de la AP el miércoles.
El reporte incluye también declaraciones de Givens y otra mujer que estaba allí aquella noche, Yolonda Whitaker, diciendo que vio a Slager atacar a Givens "sin ningún motivo". Los intentos de contactar con Whitaker el miércoles por teléfono y en las direcciones del informe policial no arrojaron resultados.
Givens dijo que la investigación interna nunca se puso en contacto con él y que supo que se había cerrado tras una visita a la comisaría unas seis semanas más tarde para preguntar qué había ocurrido.
"Nunca me dijeron cómo llegaron a esa conclusión. Nunca. Nunca contactaron con nadie de aquella noche. Nadie de este barrio", agregó Givens.
Preguntado el miércoles sobre el incidente de 2013, el vocero de la policía de North Charleston, Spencer Pryor, dijo que el departamento planea ahora revisar el caso para ver si la decisión de exculpar a Slager fue correcta. No tenía fecha para una posible revisión.
Givens agitó la cabeza el miércoles al ser preguntado por su reacción al saber que Slager había sido acusado de asesinato. Slager está en prisión sin fianza.
"Esto podría haberse evitado", dijo Givens refiriéndose a la muerte de Scott. "Si me hubiesen escuchado e investigado lo que ocurrió esa noche, este hombre podría estar vivo hoy".