Washington.— Loretta Lynch llegó ayer puntual a su cita con la Historia. Tras cinco meses de tortuosa espera y un proceso de confirmación atizado por la hostilidad del hombre blanco y conservador, se convirtió en la primera mujer de raza negra en jurar el cargo de Fiscal General de Estados Unidos.

A sus 55 años, Lynch, hija de un pastor bautista de Carolina del Norte, que toda su vida luchó contra la discriminación, toma el relevo de Eric Holder al frente del Departamento de Justicia.

“Loretta se ha ganado a pulso una reputación como fiscal dura, pero justa. Su carácter independiente ha pesado mucho en la valoración del presidente para elegirla como nueva Procuradora General”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.

“Estoy honrada más allá de las palabras, al llegar hoy como su Procuradora General mientras continuamos el trabajo central de nuestra misión de proteger al pueblo estadounidense”, dijo Lynch ante el personal que estará ahora bajo sus órdenes.

Su confirmación y unción se ha producido contra viento y marea, a pesar de las resistencias del Partido Republicano que le ha recrimininado su apoyo a las órdenes ejecutivas del presidente Barack Obama para aliviar la situación migratoria de hasta 5 millones de indocumentados.

Pero, además, por su papel en el polémico acuerdo que permitió al banco HSBC esquivar sus responsabilidades penales en 2012, cuando se descubrió que había consentido una red de lavado de dinero para los carteles de la droga mexicana.

En defensa de Lynch, la mayoría de los analistas y miembros del Partido Demócrata en el Congreso han evocado los casos que, como fiscal del distrito este de Nueva York, le tocó manejar, entre ellos varios contra legisladores estatales acusados de corrupción y evasión fiscal que tuvieron la mala suerte de toparse con una mujer de perfil discreto, pero que es temida cuando se pone la toga.

La lista de aquellos que la han enfrentado como fiscal incluye a miembros de la mafia, criminales y defraudadores de cuello blanco.

Lynch creció en un ambiente de discriminación y rechazo. Ávida lectora, Loretta se convirtió en una promesa y luego en una de las más destacadas alumnas de la Escuela de Derecho en Harvard.

Al concluir su carrera ingresó a un bufete de abogados especializados en litigios corporativos. Tras una temporada de elevados ingresos y confort, Lynch solicitó su ingreso a la fiscalía de Nueva York, donde sus ingresos se desplomaron 75%. “Quería hacer algo que marcara la diferencia”, dice Lynch.

Hija de una era de discriminación racial, su llegada a la Procuraduría General coincide con los brotes de violencia racial en EU a causa de la violencia policial contra miembros de la comunidad negra en estados como Maryland, Nueva York, Ohio o San Louis Missouri.

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