Washington.— En un ambiente de rechazo a la clase política y de censura hacia las políticas del presidente estadounidense Barack Obama, el Partido Republicano se convirtió ayer en el gran ganador de unas elecciones de medio término, reafirmando su control sobre la Cámara de Representantes y reconquistando la mayoría del Senado que había perdido desde el fin de la presidencia de George W. Bush.

En un martes electoral negro para los demócratas y Obama, la jornada se veía marcada por el pesimismo de unos y el triunfalismo de otros. Obama convocó anoche a los líderes republicanos y demócratas de la Cámara Baja y del Senado a una reunión para este viernes en la Casa Blanca, mientras que el líder de la mayoría en la Cámara Baja, el republicano John Boehner, prometió una nueva era de “soluciones” gracias al control logrado por su partido en ambas cámaras del Congreso, y pidió a Obama cooperar con la fortalecida oposición en lugar de “contraatacar”.

Al final, la esperada cifra de los 52 escaños en el Senado asomaba al filo de la medianoche tras la victoria de los republicanos en Carolina del Norte, uno de los estados que más se le ha resistido a los demócratas.

La conquista de los escaños en Montana, Colorado, Virginia Occidental, Dakota del Sur, Arkansas y Iowa marcaron así la ruta de una derrota demócrata que reducirá considerablemente el margen de actuación de Obama durante los dos años de su mandato.

A su vez, el liderazgo del Partido Republicano se encontrará a merced de un movimiento de extrema derecha envalentonado por esta nueva victoria y que ha llegado incluso a insinuar la posibilidad de someter a juicio político al presidente Obama.

Entorno adverso. En un intento por justificar la derrota por anticipado, Obama reconocía que desde la presidencia de Dwight Eisenhower en 1958 los demócratas no habían enfrentado unas elecciones de medio término tan adversas. “Hay muchos estados con carreras cerradas que se inclinan por los republicanos y los demócratas son competitivos, pero (el electorado conservador) tiende a inclinarse de esa manera”, aseguró Obama en una entrevista con una estación de la radio pública en Connecticut.

La frustración de Obama dejó entrever el ambiente de referéndum contra sus políticas y su liderazgo en unos estados donde el Partido Republicano invirtió cifras millonarias para vincular e impactar las elecciones con la crisis por los contagio de ébola, con la caótica situación en Irak y Siria y hasta con la crisis de los niños migrantes que llegaron de Centroamérica en agosto.

La racha de victorias de los republicanos arrancó ayer con la reelección de Mitch McConnell en Kentucky, uno de los estados más pobres y conservadores de EU. La reelección de McConnell fue posible gracias a la inyección de inversiones millonarias para derrotar a su oponente demócrata en una jornada coronada por el veterano político con un mensaje de advertencia a Obama.

“Durante demasiado tiempo el gobierno (de Barack Obama) ha tratado de decirle al pueblo estadounidense lo que es bueno para ellos… Pero esta noche, los electores nos dijeron que podemos tener un cambio real en Washington y eso es lo que me propongo hacer”, aseguró McConnell, quien se convertirá en el nuevo líder de la mayoría republicana en el Senado.

El avance de los republicanos en el Senado se extendía ayer también a la Cámara de Representantes donde, al cierre de esta edición, habían asegurado el control de la mayoría y aspiraban a controlar hasta 225 escaños de un total de 435. En una jornada marcada por los malos presagios, la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, reconocía ante los medios que “esta va a ser una noche difícil”.

A pesar de los desesperados intentos de Obama para reconducir la narrativa de las campañas hacia las cifras de la recuperación económica con un crecimiento del 4.3% y un índice de desempleo que ha bajado hasta el 5.9%, al final la campaña de los republicanos consiguió explotar el rechazo del hombre blanco y conservador hacia Obama. En las 36 contiendas en los estados, los republicanos conseguían asegurar su victoria en sus habituales bastiones en Oklahoma, Nuevo México, Texas, Arizona, Florida, Wisconsin, Ohio y Georgia, entre otros.

En tanto, la Iniciativa 71 para permitir la posesión de pequeñas cantidades de mariguana en la capital estadunidense fue aprobada ayer con 68% de votos, ante 32% en contra, pero fue derrotada la propuesta para legalizar la mariguana para uso medicinal en Florida.

Con información de Agencias

jram

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