El pasado 13 de abril fue aprobada en la Cámara de Diputados una de las reformas más importantes de los últimos años al ordenamiento jurídico. Me refiero a las modificaciones en materia laboral que van a impactar en la esfera jurídica de millones de patrones y trabajadores en el país, y que tendrá también un enorme efecto sobre la inversión nacional y extranjera.
Se trata, en términos generales, de una reforma indispensable, que tendría que haber sido aprobada hace meses (según lo ordena la Constitución mexicana). El resultado final tiene aspectos de gran interés. Por ejemplo, toda la justicia laboral pasa de las Juntas de Conciliación y Arbitraje a tribunales especializados que estarán trabajando tanto en el Poder Judicial de la Federación como en los poderes judiciales de las 32 entidades.
Para darle mayor celeridad al procedimiento, las partes deberán aportar sus pruebas desde la presentación de la demanda y de la contestación (uno de los mayores problemas de la actual justicia laboral es precisamente la demora tan grande que existe para el desahogo de los elementos probatorios). En el nuevo procedimiento ya se podrán utilizar las tecnologías de la información para llevar a cabo algunas notificaciones y desahogar ciertas diligencias (¡ya era hora!).
Se crean también instancias conciliatorias que deben agotarse de manera obligatoria antes de acudir a los tribunales laborales. La idea es que muchos asuntos se queden en esta etapa y que, mediante la conciliación, se ofrezca a patrones y trabajadores una solución ágil y pronta a sus problemas. Además, la conciliación debe servir de filtro para evitar que los nuevos tribunales laborales se saturen de asuntos, procurando que lleguen solamente aquellos en los que no se haya logrado un acuerdo conciliatorio.
Una vez que la reforma sea publicada y entre en vigor, se centralizará la función del registro de los contratos colectivos de trabajo y del registro de los sindicatos. Esto supone que dichas facultades ya no podrán ejercerse por los estados, que con frecuencia los utilizaban como arma política o de control sindical. Ojalá la instancia federal competente haga un mejor trabajo.
Un tema de enorme importancia para los sindicatos tiene que ver con la nueva figura de la “Constancia de representatividad”. Se trata de un documento que los sindicatos deberán obtener si quieren negociar con alguna empresa un contrato colectivo de trabajo o realizar un emplazamiento a huelga. El objetivo de dicho documento es acreditar que el sindicato representa a los trabajadores, para evitar los “sindicatos virtuales” que sin membresía y sin tener representatividad, se dedican a extorsionar a las empresas a todo lo largo y ancho del país, con total impunidad.
La reforma también regula las dirigencias sindicales. A partir de ahora se introducirán elementos básicos de democracia sindical para lograr que los dirigentes sean electos por voto personal, libre y secreto. Quienes resulten electos no podrán ejercer el cargo de manera vitalicia y tendrán que rendir cuentas de la administración del sindicato a los trabajadores.
La reforma no aborda el outsourcing, objeto de comentarios negativos pero cuya utilidad es enorme para medianas y pequeñas empresas que necesitan el apoyo de “terceras empresas” para realizar muchas funciones. Cualquier modificación que se haga en la materia debe ser cuidadosamente analizada.
La minuta aprobada por los diputados está ya a consideración del Senado. Algunos senadores han comentado que será aprobada en los próximos días y pasará al Poder Ejecutivo para su promulgación.
Se trata de un cambio jurídico de gran magnitud. El procedimiento laboral en México fue diseñado hace décadas. Le urgía una modernización. Los abogados que se dedican a atender asuntos laborales saben que se trata de cambios necesarios y que, si son bien aplicados, le pueden servir a México como palanca de desarrollo.
Hoy que necesitamos con tanta urgencia que siga llegando la inversión extranjera y que los inversionistas mantengan la confianza en el país, la reforma laboral nos hace avanzar en la dirección correcta. Bienvenida sea.
Investigador del IIJ-UNAM.
@MiguelCarbonell
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