Donde hay libertad democrática no hay tema tabú ni terreno vedado. La misión de toda universidad es brindar al alumno las capacidades intelectuales para avanzar en la búsqueda permanente de la verdad por la senda del conocimiento. Por ello la UNAM se mantiene fiel a su misión de ser siempre la casa abierta a las ideas, propuestas y opciones, porque el individuo es libre sólo cuando tiene conciencia de sus alternativas. La UNAM debe ser siempre el primer y más importante foro de expresión de todas las opciones y de todas las tendencias.
La educación superior es uno de los fundamentos de nuestro modelo de Estado, como la fuente de formación de los profesionistas que dirijan los destinos de México. Mediante la formación profesional y la investigación en las ciencias duras, las ciencias sociales, el arte y la cultura se propone que cada persona elija libremente la profesión por la cual busca una forma de desarrollar su talento, de tener una vida digna y de ser protagonista del progreso de nuestro país.
Recuerdo con cariño las grandes enseñanzas de mis maestros en la facultad de Derecho. Todos ellos fueron valiosos juristas comprometidos con la educación, para que México superara sus grandes carencias. Maestros del aula por sus conocimientos y de la vida por su digno ejemplo de honestidad profesional.
Mucho se argumenta que las elecciones de este año son decisivas para el futuro de México, y que en ellas el papel de la juventud es fundamental. La mayoría de los estudiantes universitarios tendrán el derecho a votar por primera vez en una elección presidencial. De ahí la importancia de que cada joven tenga la posibilidad de conocer, evaluar y comparar las ofertas políticas actuales.
Es lamentable que, una vez más, la máxima casa de estudios de nuestro país, heredera de la primera universidad del Continente, haya quedado excluida de los debates electorales de los aspirantes a la Presidencia de la República. Muchos dijeron “no hay condiciones”, pero pocos se han propuesto crearlas.
Es momento de atreverse a abrir un nuevo capítulo a la libertad y a la diversidad, tanto de formas de pensar como de vida, y así superar los atavismos que antaño estaban capturados por afamados fósiles y porros que buscaban imponer una sola forma de pensar mediante la intolerancia y la violencia, la cual llegó al extremo de agredir a pedradas al presidente de la República Luis Echeverría Álvarez.
Es por ello ilógico que la misma casa de estudios que se inconformó con ausencia de alternativas políticas hace medio siglo, hoy aparentemente sea terreno vedado para la libre, abierta y sobre todo respetuosa expresión de todas las opciones, que con legítimo sustento jurídico y objetivo democrático ofrecen los partidos políticos. Es injusto reducir al magno claustro universitario a la narrativa de aquéllos que se empeñan en imponer un dogma ideológico contenido dentro de una esfera de intolerancia.
Los ojos del mundo estarán atentos al proceso democrático de México; mantengamos viva la faceta que la juventud demostró con su valiosa participación en los sismos de septiembre pasado. Es evidente que las nuevas generaciones tienen una convicción democrática, libre y sobre todo abierta al debate serio y profundo del destino del país. Por ello la UNAM debe abrir sus puertas a todos los candidatos de todos los partidos, para que sean escuchadas sus propuestas con total respeto y con la convicción de que rechazarlos es un retroceso en la construcción de un peldaño más de la consolidación de nuestra vida democrática.
Rúbrica. Cenizas románticas. Coincide el Día de San Valentín con el miércoles de ceniza; dos fechas que nos recuerdan que hay que amar mucho antes de quedar hechos polvo.
Político, escritor y periodista.
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