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david.fuentes@eluniversal.com.mx
La procuraduría local sigue en búsqueda de familiares de primera línea de Antony debido a que tanto el acercamiento con su padre, Pascual Castro, y su madre —ambos en San Diego, California— se complicó.
El primero no puede salir de Estados Unidos pues está por recibir la residencia estadounidense.
Castro recomendó a la embajada de EU que el menor puede estar mejor en Acapulco que en el Centro de Estancia Transitorio de la PGJ, pues ahí está su abuela y uno de su hermanos, incluso dijo que apenas en marzo el niño estuvo en el cumpleaños de su abuela.
El papá reveló también que Antony vivió en Tecoanapa, Guerrero, hasta los tres años, antes que él regresara a Estados Unidos y decidiera “encargarlo” con su hermana, quien según las autoridades, es la responsable del martirio, tortura y vejaciones que sufrió el menor, quien aún se encuentra en revisión médica en un hospital privado.
Las investigaciones de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) detectaron también que otros dos niños, primos de Antony e hijos de su tía —la agresora— y quien se encuentra bajo proceso penal, están a resguardo de los abuelos maternos.
A través de un oficio de colaboración con la Fiscalía de Justicia de aquel estado, autoridades capitalinas corroboraron que los tres niños se encuentran en buen estado de salud y no sufren vejaciones. El hermano de Antony, según las investigaciones, cuenta con sólo dos años y 10 meses de edad. El caso de este infante no forma parte de la judicialización de la carpeta de investigación de su hermano y tampoco serán traídos a la Ciudad.
La procuraduría local está a la espera de que la embajada de México en Estados Unidos tome la declaración, a través del Ministerio Público federal, a los padres del pequeño Antony y esclarecer la forma como ingresó el menor a suelo nacional, pues quieren descartar que alguno de sus padres lo haya metido de manera ilegal, sin los permisos que se requieren en estos casos.