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Vómito, diarrea y alergias en la piel son síntomas que sufren vecinos afectados por el desbordamiento de aguas negras del río Hondo, quienes aún no terminan con labores de limpieza y enfrentan la pérdida de muebles y autos.

En la avenida Ferrocarril Acámbaro, en el tramo de El Conde a la avenida Primero de Mayo, “vivimos unas 40 familias que perdimos todo: camas, refrigeradores, estufas, lavadoras, ropa, zapatos y hasta los trastes de la cocina, porque todo se llenó de aguas negras y no podemos desinfectar ni con cloro”, afirmó Elba Marvella Ambriz, una de las afectadas.

A cinco días del desbordamiento “todavía seguimos limpiando el lodo, que llenó todo, no hemos podido ni siquiera ir a trabajar y hoy amanecimos con diarrea y dolor de cabeza”, apuntó Adriana, otra de las damnificadas, en medio de un patio lleno de trapos y trastos contaminados.

“Ésta es una franja olvidada por el gobierno y somos 40 familias que vivimos en avenida Ferrocarril Acámbaro, que no somos paracaidistas, pagamos agua, predial y tenemos título de propiedad”, aseguró Elba, quien vive en el número 14.

Exigen ayuda. En Pastores, en otro punto de Naucalpan que resultó afectado por el desbordamiento, decenas de familias colocaron letreros en las puertas de sus casas en los que demandan: “Autoridades estamos en espera del pago de daños y perjuicios por negligencia”.

“Ya pasaron cinco días y parece que se olvidaron de nosotros, aquí perdimos autos, pisos, aparatos electrónicos, además de muebles, refrigeradores y estufas, pero no vemos nada claro”, reclamó Irene Guzmán.

Desde hoy “empezamos con vómito, diarrea, temperatura y dicen que estarían por brotar infecciones en la piel, además de que perdimos todo nuestro patrimonio”, apuntó Ileana, otra de las perjudicadas.

En la localidad de Pastores los vecinos que se vieron afectados por el desbordamiento del río Hondo esperaban una respuesta sobre el pago de daños la tarde de este lunes, en que se reunirían con autoridades municipales y estatales.

Los síntomas que ahora sufren los habitantes de esta zona afectados por el desbordamiento del río Hondo, “no son un brote epidémico, porque para que sea un brote de ese tipo afectaría a mil personas y aquí apenas hemos detectado un grupo reducido de personas”, argumentó Frank Ruiz Hernández, quien junto con Karla Arciniega, son médicos del Instituto de Salud del Estado de México, quienes forman parte de las brigadas médicas para la atención de damnificados.

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