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Vecinos de la delegación Iztapalapa y el municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México, manifestaron miedo y hartazgo por la inseguridad que viven, sobre todo ante las balaceras que han dejado varios muertos en el tianguis de San Juan, el cual se instala cada domingo en avenida Texcoco, que delimita ambos territorios.
Un tiroteo entre presuntos grupos rivales que extorsionan a tianguistas dejó dos muertos y 10 heridos el domingo pasado; esto se suma a lo ocurrido el 12 de febrero de este año, cuando sujetos balearon a tres comerciantes, uno era líder de un sector de los vendedores y murió al llegar a un hospital.
“Preferimos ya no pasar por el tianguis, por temor a que nos toque una bala, y menos pasar con niños”, dijo una vecina de la colonia Atlacomulco, en Nezahualcóyotl.
Habitantes entrevistados, quienes por seguridad omitieron sus identidades, exigieron a las autoridades de ambos territorios aumentar la vigilancia, que sea permanente cada domingo y se hagan recorridos a pie entre los puestos, no sólo de manera perimetral.
“Ya estamos cansados con un problema de 30 años con el tianguis, primero por su crecimiento desmedido y, ahora, se ha agravado por el riesgo de resultar lesionad o al ir de compras o pasar por ahí”, señaló un vecino de la colonia Juan Escutia, en Iztapalapa.
Encargados de establecimientos contiguos a la zona del mercado prefieren cerrar los domingos, pues también temen ser extorsionados.
“¿Para qué abro, para que me quiten lo poco que venda?”, cuestionó una locataria, quien dijo que el cobro de piso es un problema que tiene varios años, a pesar de que las autoridades tienen conocimiento de ello, situación por la cual algunos han perdido la confianza en los policías.
“Llega el punto en que uno se pregunta: ¿Están cuidando o están de acuerdo [con los delincuentes]?”, dijo otra vecina y comerciante de Neza.
La violencia “no ha parado en lo que va del año”, dijeron residentes de la colonia Juan Escutia. Uno recordó que, tras la primera balacera en febrero, “vinieron patrullas y policías a vigilar pero a las dos semanas se fueron, exigimos que haya seguridad permanente”.
Los inconformes también exigieron reordenar el tianguis.