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“¡Bájenlo!, “¡Aviéntalo!”, “¡Te vas a morir!”, “Te gusta robar ¿no?”, gritó una multitud a un hombre que fue perseguido y quien, al intentar huir, subió al techo de una iglesia para después brincar a casas aledañas en la colonia Loma Colorada. Los hechos se registraron luego de que asaltó a pasajeros de un microbús.

La acción del 4 de junio fue captada en video por teléfonos celulares; sin embargo, las imágenes se difundieron hasta ayer. En la grabación se observa como una turba baja al presunto delincuente del techo de una casa y lo golpea, reclamándole por asaltar a gente trabajadora.

Policías municipales rescataron al joven que era golpeado, confirmaron autoridades de Naucalpan, quienes entregaron al presunto ladrón ante el Ministerio Público en instalaciones de la Fiscalía general de Justicia del Estado de México, en este municipio, donde iniciaron la carpeta con folio TLA/TLA/ATI/013/114151/17/06.

La trifulca inició cuando pasajeros de un microbús pidieron a gritos el apoyo de vecinos de Loma Colorada, luego de que dos sujetos los asaltaron con navajas. Uno de los presuntos ladrones, al intentar huir, subió al techo del templo de La Lupita y de ahí brincó a las azoteas de casas aledañas.

Más de 100 vecinos, entre ellos muchas mujeres enojadas, reclamaban al hombre su cobardía de asaltar con un arma a pasajeros: “¿No que muy cabroncito?”, mientras el presunto ladrón se protegía de golpes y patadas que le daban los colonos.

“¡Vas a salir, pero si te volvemos a ver aquí, no te la vas a acabar!”, le gritaban mientras era subido por policías a una patrulla municipal.

Policías de Naucalpan acudieron a Loma Colorada a “rescatar” de la turba y detener al presunto ladrón al que llevaron a instalaciones de la FGJEM, por el delito de robo a transporte público con violencia.

En Naucalpan, hechos similares de detención de ladrones que son golpeados por vecinos se han registrado en San Mateo Nopala y Rincón Verde; mientras que en otros municipios mexiquenses, como Teotihuacán, Acolman, Valle de Chalco y Tlalnepantla, pobladores que han decidido hacer justicia por propia mano, han terminado con la vida de presuntos rateros que han muerto por patadas y puñetazos e, incluso, han sido quemados, como ocurrió hace unos años en San Francisco Chimalpa, en Naucalpan.

Los asaltos a transporte público, que son cotidianos en rutas de camiones, microbuses y camionetas, han sido enfrentados por “justicieros” anónimos, quienes al menos en seis ocasiones han actuado y terminado con la vida de una decena de personas en el último año en Naucalpan. En estas balaceras también han fallecido pasajeros en el fuego cruzado.

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