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“ Papá te quiero mucho ”, escribió Leslie en una carta que apretaba con fuerza entre los dedos de su mano al llegar al penal de Neza Bordo , donde este domingo las visitas de los internos trataron de celebrar a los padres de sus familias con pasteles, comida especial, abrazos y besos.
Las medidas de revisión de alimentos se intensificaron luego de que la madrugada del jueves presuntamente se suicidara José Octavio, presunto feminicida de la pequeña Valeria de 11 años de edad, quien falleció en las áreas de observación de este Centro Preventivo y de Reinserción Social.
El penal de "Neza Bordo" es el más poblado en el Estado de México , cuenta con 3 mil 700 internos , donde conviven en una saturación de más del 100%, pues fue diseñado para mil 834.
“En una celda duermen 10 o 12 internos, pese a que sólo hay cuatro camas, duerme en el piso y bajo las planchas de cemento, atravesados y a veces uno encima del otro", señaló Celia, quien todos los domingos visita a su hijo.
Pasteles, bolsas de regalo, comida de fiesta y cartas
, llevaron hijos y mujeres que visitaron este domingo a sus internos en Neza Bordo, donde la visita fue continua, pero no copiosa, lo que indica que muchos de los internos no reciben ni visitas.
Los niños vistiendo sus mejores camisas y niñas peinadas como para ir a una fiesta, llegaron a las rejas del penal de Neza, donde antes de entrar preparaban en su mente la frase que dirían a su papá.
Edwin de ocho años, sujetaba la manita de Ulises, su hermanito de dos años, mientras su mamá pelaba los plátanos y su abuela llegaba con un diminuto pastel de kiwi, que llevaban a su papá quien fue sentenciado a más de 40 años de prisión por el delito de homicidio.
“Le diré que se cuide mucho, que yo estoy estudiando mucho para sacar 8, 9 y 10, porque cuando sea grande quiero ser policía”, afirmó el pequeño Edwin, quien aún no entiende porqué su padre vive en esa cárcel.
Con par de cartas con forma de camisa y la foto de su papi, Lincy y Eduardo llegaron casi corriendo a Neza Bordo, para aprovechar la visita que termina a las tres de la tarde, durante varios días prepararon las cartitas que darían a su padre, “es muy feo venir aquí, pero lo queremos y hoy no podíamos faltar”, señaló la madre de los pequeños, una joven veinteañera que aún no asimila que su pareja pasará al menos 40 años en prisión.
“No podemos traer mole, ningún tipo de tortas, traer un pastel nos va costar pagar al menos 50 pesos, para que lo dejen pasar”, señaló Leonor, quien acompañada de su hija entró a toda prisa para formar la fila de “aduanas” .
Con una bolsa de regalo , en la que llevaba un pants y una cartera a su pareja, Elizabeth afirmó que intentaría ingresar con el obsequio, “si no me dejan hoy, traeré la ropa el día del “barco”, cuando los internos reciben ropa, jabón y productos de aseo.
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