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metrópoli@eluniversal.com
Valeria Teresa, son los dos nombres de la niña de 11 años que fue asesinada y violada a bordo de una unidad de transporte público por el propio conductor en la colonia Benito Juárez, Nezahualcóyotl, cuando la menor se dirigía a su casa después de que había acudido a la primaria Alfredo Bonfil donde cursaba el sexto grado.
Antes de su trágica muerte la pequeña estaba muy ilusionada porque en unos días más se realizaría la fiesta de graduación en la que le entregarían su certificado de primaria y en agosto próximo iniciaría la secundaria.
Vale, como le llamaban sus compañeros, anhelaba ingresar a la Facultad de Medicina de la UNAM para convertirse en una profesionista de la salud, pues le gustaba ayudar a la gente.
La menor era la cuarta integrante de su familia que estaba conformaba por cinco hermanos, dos hombres y tres mujeres.
Valeria era la compañera de vida de Katia, su hermana mayor, a quien ayudaba a cuidar a su pequeño hijo: “Ella compartía mucho tiempo con mi hijo. Teníamos una relación muy íntima, yo la cuidaba desde muy pequeña y compartí mucho tiempo con ella, siempre estábamos juntas, vivíamos en el mismo domicilio”.
Cuando nació su sobrino y estuvo en el hospital porque requería cuidados especiales, Valeria fue la que le dio ánimos a su hermana Katia.
“Ella me abrazaba todo el tiempo y siempre me daba aliento, le compró muchas cosas a mi hijo”, contó Katia.
Valeria siempre estaba de buen humor y su manera de demostrarlo era dibujando todo lo que veía o quería, como a sus hermanos o a su pequeño sobrino.
Uno de sus gustos era ver en internet los capítulos de Los Polinesios, “Los hermanos más locos de YouTube”.
También se entusiasmaba mucho cuando su mamá preparaba postres, su gusto se inclinaba por hornear pasteles.
La pequeña fue sepultada el domingo pasado en el panteón Jardines de Oriente de Texcoco.