El objetivo común de la oposición en el Estado de México ha sido arrebatar la entidad el PRI para dar paso a la alternancia.

Sin embargo, ese fin no ha sido suficiente para concretar una alianza opositora ya que al menos en los dos últimos procesos para gobernador todo intento ha fracasado.

Intereses personales, de grupos, de partidos han sepultado en la entidad cualquier intento por unir a la oposición tanto de derecha como de izquierda, pese a que en 2016, la alianza PAN-PRD lograron sonados triunfos y permitieron la alternancia en lo que se consideraban bastiones priístas como Veracruz, Durango o Quintana Roo.

2010. Un pacto antialianzas queda al descubierto

En 2010, liderazgos del PAN y del PRD comenzaron a barajar la necesidad de ir juntos en la elección local de 2011 como la única posibilidad de triunfo para garantizar la alternancia en la entidad. Sin embargo, fue un primer intento fallido.

En aquel año quedó al descubierto que Cesar Nava –cercano al grupo político del ex presidente Felipe Calderón y en ese entonces presidente nacional del PAN- a espaldas del Comité Ejecutivo Nacional del PAN firmó el "pacto antialianzas" con la entonces dirigente nacional del PRI, Beatriz Paredes, a fin de no formar ninguna coalición opositora al priísmo para la elección a gobernador en el Estado de México en 2011.

A cambio, el PRI avaló el paquete económico del presidente Calderón en 2010. César Nava Vázquez negó en un principio el acuerdo y después tuvo que rectificar, pero este episodio lo llevó a enfrentarse con el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, quien incluso renunció al PAN al defender el acuerdo.

Ante la prensa, Nava aceptó su firma, lo que le ganó el mote de Pinocho entre los priístas.

En las elecciones de ese año, la oposición prácticamente se pulverizó:

Luis Felipe Bravo Mena, del Partido Acción Nacional, obtuvo 598 mil 45 votos, es decir 12.28%  de la votación; Alejandro Encinas Rodríguez, del PRD, PT y Convergencia, un millón 20 mil 857 sufragios (20.96%).

Cifras que contrastan con el resultado obtenido por el priísta Eruviel Ávila, quien obtuvo tres millones 18 mil 588 votos, es decir, un porcentaje de 61.97.

2017. La alianza no se concreta de nueva cuenta

De nueva cuenta, distintos intereses influyeron para que la oposición decidiera ir cada quien por su lado en estos comicios del próximo 4 de junio en el Estado de México.

Si bien, en 2016, la alianza PAN-PRD arrebató al PRI importantes baluartes como Veracruz, Quintana Roo o Durango, el intento por repetir esta fórmula falló este año.

Las dirigencias del PAN y del PRD comenzaron a finales de 2016 a sostener pláticas y acuerdos para concretar una alianza histórica en la entidad priísta.

Pero, las primeras resistencias surgieron al seno de ambos partidos pues la pugna interna fue en torno a qué candidato se coaligarían, si uno panista apoyado por los perredistas o uno propuesto por el sol azteca apoyado por Acción Nacional.

Esta disputa incluso abrió un pleito interno en el sol azteca ya que si bien un grupo de corrientes era afín de impulsar una alianza, la expresión Alternativa Democrática Nacional logró imponer la visión de impulsar una candidatura nativa y por tanto defender la designación de Juan Zepeda a gobernador.

Asimismo, del lado de la izquierda fue evidente la ruptura no sólo por la decisión de Andrés Manuel López Obrador y de Morena de ir solos con Delfina Gómez, sino también no se concretaron acuerdos con otrora aliados históricos, pues el PT también decidió ir sólo con Héctor González, quien declinó hace unos días, y Movimiento Ciudadano quien decidió no postular abanderado tras la negativa de construir una alianza en torno a Alejandro Encinas.

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