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emilio.fernandez.com.mx
“¡Ratero, ratero!”, gritaban unos. Otros silbaban cada vez que en la pantalla gigante de la explanada del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) aparecía el candidato de la coalición PRI-PVEM-Panal-PES, Alfredo del Mazo Maza.
Seguidores del Partido del Trabajo (PT) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD) ocuparon ese espacio. Los simpatizantes del ex alcalde de Metepec Óscar González Yáñez se colocaron cerca de la pantalla.
Ondeaban sus banderolas con la P y la T incrustadas en el centro cada que hablaba su candidato. Una banda musical celebraba cada intervención del petista como si hubiera metido un gol en un partido de futbol.
Los perredistas, ataviados con gorra y playera con el eslogan “Juan sí puede”, repetían al unísono el apellido del ex alcalde de Nezahualcóyotl: “¡Zepeda, Zepeda, Zepeda!”.
Como si se hubieran puesto de acuerdo, los simpatizantes de los dos institutos políticos, que en conjunto sumaban más de 500, vociferaban en cada aparición del ex alcalde de Huixquilucan Alfredo del Mazo.
“¡Ya llegó, ya está aquí el que va a chingar al PRI!”, gritaban cuando hablaba el hijo y nieto de los ex gobernadores del Estado de México Alfredo del Mazo González y Alfredo del Mazo Vélez.
Los seguidores de los dos aspirantes de izquierda encontraron en el diputado federal con licencia el blanco perfecto de sus inconformidades.
Por el formato del debate no se permitió la entrada al recinto de las porras de los abanderados. El exterior del IEEM, ubicado sobre el Paseo Tollocan, se convirtió en la sala externa donde siguieron las incidencias del ejercicio electoral.
Esa vialidad que conecta a la capital del Estado de México con la Ciudad de México presentó un tráfico inusual en la tarde y parte de la noche, lo que molestó a los automovilistas. Por varias horas esa área se convirtió en el centro de la atención de la entidad. Ahí desfilaron candidatos, los integrantes de sus equipos de campaña e invitados. La mayoría llegó en camionetas o autos con vidrios polarizados.
Hasta Rafael Acosta, Juanito, llegó a la explanada del IEEM. Con su cinta tricolor en la frente llamó la atención de los que estaban en el sitio. “¿A qué candidato vienes a apoyar, Juanito?”, le preguntaron perredistas y petistas con quienes se tomó una foto.
“A los candidatos independientes vengo a apoyar”, respondió Juanito en primera instancia, pero luego dijo que quería conocer las propuestas de todos los abanderados para decidir a quién le mostraría su respaldo.
“Apoya a Juan Zepeda”, le sugirió uno que vestía gorra y playera con el nombre del candidato del sol azteca. “Es perredista y en la Ciudad de México no nos ha ido bien con Mancera, ya autorizó el aumento de transporte y ha tomado malas decisiones que afectan a la gente”, le contestó.
Los petistas, en su mayoría jóvenes, saltaban y gritaban al son de la banda musical que llevaron para apoyar cada intervención de su candidato.
Cerca de ellos se ubicaban las casas de campaña que desde hace ocho días colocó el ex secretario de Movilidad mexiquense Isidro Pastor, quien se registró como independiente, pero el Tribunal Electoral del Estado de México consideró que no cumplió con los requisitos para seguir en la contienda y se puso en huelga de hambre.
“¡Eeeeeeeehhhhhhh, putooooo!” fue otro de los gritos que los petistas lanzaron a la figura del candidato aliancista, quien fue el que cerró la ronda del debate.
Al final, Óscar González Yáñez llegó a saludar y a dar las gracias a sus seguidores. Lo mismo hizo el abanderado del PRD, Juan Zepeda, quien caminó entre sus simpatizantes para estrechar su mano y darles un abrazo.
Los otros candidatos salieron en los vehículos en los que llegaron.