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“Cuando nos proponemos algo lo logramos”, asegura Eloísa Sierra García, una de las cuatro conductoras del Tren Suburbano, quien asegura que es una gran responsabilidad garantizar la seguridad de las personas que utilizan este medio masivo de transporte.

Sierra García tiene 35 años, es abogada y madre de dos hijos. Durante siete años laboró como operadora de taquilla del Tren, hasta que surgió la oportunidad de convertirse en conductora y no lo dudó.

Actualmente el Tren Suburbano cuenta con 45 “agentes de conducción” distribuidos en tres turnos, 41 hombres y cuatro mujeres.

“Fueron las ganas de superarme, de hacer algo nuevo, algo que me causara emoción y un reto. El estar en la taquilla es diferente y quería hacer algo que me motivara, algo que me hiciera crecer dentro de esta empresa y qué mejor que conducir un tren”, dice.

Añade: “Hubo apoyo de muchos compañeros, puesto que ellos por la experiencia que tenían nos apoyaron cada vez que teníamos dudas y el apoyo fue en su mayoría, ‘Échenle muchachas’, ‘Nosotros estamos con ustedes’, ‘Ya las estábamos esperando’, pues nos veían en los talleres, en vía, en los trenes, aprendiendo. Y eso fue como motivación para ellos, para echarle más ganas”.

Desde hace un año Sierra García es conductora del tren. Pero antes se capacitó durante seis meses, en teoría y práctica. Hizo viajes en vacío, prácticas nocturnas sin usuarios y exámenes médicos y sicológicos. También hubo que acreditar los rigurosos exámenes de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes para obtener la licencia respectiva.

“No es muy complicado (conducirlo). En lo personal siento mucha responsabilidad por todas las vidas que llevo a mi cargo. Yo, cuando me siento aquí en cabina, asumo esa responsabilidad, más que decir es muy complicado manejar este tren, al contrario, me siento muy responsable de tratar de hacer las cosas bien para que la gente que va atrás esté segura”, afirma.

Expresa: “El impacto fue tanto para nosotros como para los usuarios, porque en los andenes hasta se quedaban admirados, de decir ‘¿sí vi bien? Sí, es mujer’. Me esperaban de hecho a que yo saliera de la cabina para felicitarme, darme palabras de apoyo o reconocimiento. Pero sí, hasta la misma gente en los andenes se sorprendía en un principio, ahorita ya se acostumbraron más a vernos a mí y mis compañeras en los trenes”.

Relata que incluso algunas personas le comentan que cuando frena es más suave que cuando lo hacen conductores hombres, por lo que también la felicitan por eso.

Para lograr su meta, Sierra García recibió apoyo de su familia, en especial de su esposo, también conductor del Tren Suburbano, y de sus hijos.

Igualmente de directivos de Ferrocarriles Suburbanos y del Sindicato Ferrocarrilero, pues hubo que modificar cláusulas sindicales que prohibían a mujeres conducir el Tren. Sierra sorteó los obstáculos y ahora ahora conduce el tren que recorre 27 kilómetros para conectar la Ciudad de México, en la estación Buenavista, hasta Cuautitlán, en el estado de México.

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