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Personal de la nueva Estación de Transferencia Modal (Etram) Cuatro Caminos tapó con plásticos las palabras que indicaban que el lugar se llamaba “Cementos Fortaleza” , para dejar solo el nombre de “Mexipuerto Cuatro Caminos”, esto luego de que EL UNIVERSAL documentó el rechazo de usuarios y dirigentes vecinales a que el sitio llevara el nombre de una cementera.
En un recorrido realizado por los accesos al nuevo paradero sur de autobuses, combis y microbuses que llegan al Metro Cuatro Caminos, cuya modernidad, limpieza e iluminación sorprende a los usuarios, EL UNIVERSAL constató que en los señalamientos viales del sitio, trabajadores de grupo Carso, taparon con plásticos el nombre de “Cementos Fortaleza”, para dejar solo “Mexipuerto Cuatro Caminos”.
Eduardo Rodríguez Campos, delegado vecinal del fraccionamiento Lomas de Sotelo, comunidad ubicada junto al nuevo Mexipuerto, hace mes y medio señaló el rechazo de los colonos a que este centro de trasferencia de pasajeros, uno de los más importantes del Valle de México y del país, al que todos los días llegan un promedio de 400 mil pasajeros, se le impusiera el nombre de una empresa cementera.
Tras la inauguración del Mexipuerto que opera en la parte sur de la Etram, con tiendas departamentales, áreas protegidas, techadas e iluminadas, que terminaron con décadas de abandono de un sitio donde reinó el desorden, la oscuridad, basura e inseguridad, el nombre de “Cementos Fortaleza” permaneció escasamente un mes.
Esta semana aparecieron el nombre de la empresa cementera tapado con plásticos, acción que agradó a los vecinos, pues el nombre de este Mexipuerto debe ser emblemático del lugar si acaso “Fortaleza Naucalpan” o “Mexipuerto Cuatro Caminos”, como parece quedará, opinó Eduardo Rodríguez.
PARADERO NORTE SIGUE EN ABANDONO
Mientras miles de usuarios transitan y disfrutan de la nueva Etram, en el paradero Norte, que pareciera el traspatio de la modernidad, aún operan una decena de carriles para el traslado de pasajeros a diversos municipios mexiquenses, entre ellos más de 20 mil estudiantes de la FES Acatlán y el CCH Naucalpan, que transitan entre basura y ambulantes, acechados por ladrones y estafadores como los de “la bolita”, que rodean sus víctimas para despojarlos de dinero, celulares y relojes, bajo la complacencia de policías estatales y municipales, que saben y conocen su operación, pero toleran su permanencia en el sitio.
