El conductor de una camioneta chocó contra la antigua estación del ferrocarril de este municipio y la destruyó parcialmente, la cual fue construida a finales del siglo XIX y en ella el entonces presidente Porfirio Díaz recibió la primera llamada telefónica realizada en nuestro país.
La medianoche del pasado 10 de septiembre el conductor de una camioneta se echó en reversa y se impactó contra el frente de la antigua estación del ferrocarril, ubicada a unos 100 metros de la estación Cuautitlán del Tren Suburbano.
Pobladores relataron que la noche de ese sábado o madrugada del domingo personas que al parecer compraban bebidas alcohólicas en la tienda Oxxo ubicada a un costado de Plaza la Vía riñeron y el conductor de la camioneta intentó huir, pero primero se metió al establecimiento y luego se echó en reversa, aunque brincó las vías del tren y chocó contra la estación del ferrocarril.
En la antigua estación todavía están los pedazos de muro, en hechos de los que tomó conocimiento la policía municipal, que al parecer detuvo al responsable del choque y retiró el vehículo del lugar.
Jorge Ernesto Rodríguez Fragoso, cronista de Cuautitlán, relató que la estación fue construida entre 1880 y 1881, pues formaba parte del corredor ferroviario Buenavista-Huehuetoca.
Mencionó que en Cuautitlán se localizan dos estaciones del tren: La línea del Ferrocarril Central, que es la que fue semi destruida, y la línea del Ferrocarril Nacional, localizada a unos 200 metros de distancia, ambas que cruzan a los lados del centro de Cuautitlán y que están abandonadas.
“Porfirio Díaz estuvo aquí. Se dice que fue el que inauguró la primera llamada telefónica que se hizo del Distrito Federal a un pueblecito, que fue Cuautitlán. Y dicen que lo inauguró escuchando una pequeña melodía que una orquesta estaba de un lado del Distrito y él aquí escuchando la melodía a través del teléfono, fue el regalo que le hicieron a Porfirio Díaz”, mencionó.
Rodríguez Fragoso mencionó que el gobierno municipal pretendía rescatar la antigua estación del ferrocarril, que está completamente abandonada y que forma parte de la concesión otorgada por el gobierno federal a una empresa para operar los ferrocarriles, por lo que las autoridades municipales no pueden otorgarle ni siquiera mantenimiento.
Hace unos 20 años la antigua estación del ferrocarril estaba completa, con ventanas, puertas y la taquilla, aunque con el paso del tiempo quedó en el abandono y fue refugio de migrantes e indigentes, quienes en temporada de frío quemaron las viejas puertas y ventanas de madera para obtener calor.
Otras antiguas estaciones del ferrocarril están igualmente abandonadas y en riesgo de perderse, como las de Huehuetoca.