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Cerca de 100 internos del Centro de Readaptación Social de esta localidad, recluidos y procesados por diversos delitos, algunos tipificados como graves, participaron en la representación de la Pasión de Cristo, que se ha convertido en una tradición dentro del sistema preventivo estatal, pues cumple 43 años.
Se trata de internos que invirtieron meses enteros para su preparación, lo cual les representó todo un reto incluso espiritual, considerando algunas de las condenas que enfrentan por delitos como violación en grado de tentativa, robo de auto con violencia o robo a casa habitación con violencia que los llevó al estado de reclusión que hoy enfrentan.
Sin embargo, y pese a los obstáculos que encontraron para montar el complejo libreto, los internos desarrollaron un conmovedor Viacrucis ante el azoro de familiares, amigos y autoridades penitenciarias.
Ataviados con vestuarios que ellos mismos confeccionaron con apoyo de los directivos del centro, los actores debidamente caracterizados, presentaron uno a uno los pasajes bíblicos más importantes que narran el desarrollo y el desenlace de la captura, juicio, tortura y muerte de Jesucristo.
Con expectación, tristeza y en algunos momentos verdadera tensión, se desarrolló la presentación en patios interiores del centro, incluso la crucifixión tuvo lugar en el patio central y las tres cruces [la de Cristo, Gestas y Dimas], se levantaron hábilmente sobre una de las bardas perimetrales, sujetas desde las rejas superiores que, paradójicamente, separan a los internos de la libertad.
Jorge Hugo Martínez Ruiz, quien enfrenta una sentencia de cuatro años y ocho meses de prisión por el delito de robo con violencia, fue el actor que por tercer año consecutivo dio vida a Jesús; en tanto que el papel de María, lo hizo Jenny Dulce María Albarrán, quien además es la encargada de preparar a los internos en sus respectivos roles y diálogos y coordina la puesta en escena como parte de un apostolado que inició su abuela hace 43 años.
Asimismo los papeles de Judas Iscariote, Herodes, Caifás y Pilatos, fueron representados por los internos Miguel Ángel López Librado, Cruz Pérez Vidal, Humberto Pérez Miranda y Roberto Bonilla Bonilla, respectivamente, algunos a punto de cumplir su sentencia.
Los directivos del centro, indicaron que con este tipo de actividades, se busca fomentar valores y normas en las personas privadas de su libertad para que los lleve a la postre a su reintegración a la sociedad.