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Tlalnepantla, Méx.— El cuerpo de Sergio González Ibarra, ex escolta del empresario Alberto Sentíes, fue entregado la noche de ayer a su esposa, informaron autoridades del Estado de México. No dieron a conocer la identidad de la mujer.
Las últimas investigaciones sobre la muerte de González arrojaron que el estrés al que estuvo sometido los últimos días de su vida pudo causarle el infarto al miocardio, quien tenía el corazón crecido, tal vez por padecer presión arterial alta o alguna enfermedad pulmonar.
La Procuraduría General de Justicia mexiquense informó que el corazón de González Ibarra pesaba 820 gramos, casi el triple de un corazón normal en un hombre, cuyo peso promedio es de 320 gramos.
Hasta la mañana de ayer el cadáver del escolta permanecía en el Servicio Médico Forense (Semefo) de Tlalnepantla, el cual fue reconocido por familiares pero aún no presentaban la documentación requerida para la entrega del cuerpo.
La doctora Sarahí Hernández Pacheco, catedrática de la UNAM, explicó que la hipertensión arterial provoca el crecimiento del ventrículo izquierdo del corazón, que es un músculo y crece al hacer mayor esfuerzo como “cuando hacemos ejercicio”. Agregó que el ventrículo derecho del corazón igualmente crece por enfermedades respiratorias, por lo que es importante saber si González Ibarra fumaba o no.
“Normalmente la hipertensión va ligada a obesidad, al colesterol y triglicéridos altos en la sangre, muy común en la gente que es sedentaria. En el caso del escolta todo el tiempo están sentados o parados, no hacen ejercicio. Y luego si fuman y si comen, normalmente su alimentación no debe ser tan buena, porque comen a veces puras garnachas, hipercalórica —con muchas calorías— o mucho colesterol o mucha carne y eso va haciendo un tipo de sarro en las arterias y las va tapando”, detalló la experta.
El escolta González Ibarra ingresó al Hotel Atizapán el pasado 16 de marzo luego de ser videograbado cuando golpeaba al automovilista Jair en Viaducto Tlalpan. El mismo día que se registró murió.
Tras las investigaciones por el deceso, la procuraduría mexiquense informó que el video del hotel y testimonios de empleados permitieron establecer que González Ibarra ingresó solo al lugar y nadie entró a la habitación después de él.
Las pruebas toxicológicas que se aplicaron dieron negativo.