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El arzobispo emérito, Ricardo Guízar Díaz, fue velado en el altar mayor de la catedral de Tlalnepantla, donde fue sepultado este lunes en una cripta de este recinto.

Este lunes sus restos llegaron al municipio, luego de ser velado el fin de semana en el santuario de San Felipe de Jesús en Ciudad Satélite, fraccionamiento donde vivió la última etapa de su vida y donde falleció el viernes 4 de diciembre a la edad de 82 años.

El diácono Erick Tenorio Saldívar informó que monseñor Ricardo Guízar sería sepultado en la catedral de Tlalnepantla debido a que en este lugar el arzobispo ejerció del 12 de septiembre de 1996 al 30 de marzo de 2009.

El cuerpo de Ricardo Guízar Díaz fue velado en medio de una feligrecía en duelo, mientras a unos pasos, en la explanada municipal de Tlalnepantla, en un ambiente festivo y entre porras, tomaba protesta como alcaldesa la priísta Denisse Ugalde.

Ricardo Guízar Díaz nació el 26 de febrero de 1933, “siempre tuvo un espíritu de acogida hacia cualquier persona que se le acercara, fuera sacerdote, diácono, seminarista o pueblo, siempre tuvo una gentileza, una bendición, palabras de aliento”, señaló Erick Tenorio.

Fue sacerdote durante seis décadas desde que se ordenó en la ciudad de Roma el 26 de octubre de 1958; trabajó en las diócesis de Puebla en 1970; Aguascalientes en 1977; Atlacomulco 1988 y Tlalnepantla a partir del 1996.

El 5 de febrero la Santa Sede le aceptó su renuncia episcopal y a partir del 30 de marzo de 2009 fue arzobispo emérito, desde entonces vivió en Ciudad Satélite, por lo que la comunidad eclesiástica del Santuario de San Felipe de Jesús, en Circuito Economistas, lo despidió en un funeral durante el sábado 5 y domingo 6 de diciembre.

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