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rebeca.jimenez@eluniversal.com.mx
Huixquilucan, Méx.— Una emergencia sanitaria se presenta en La Herradura, debido a la contaminación y desazolve de la presa El Capulín, donde vecinos reportan molestias en vías respiratorias por el paso de decenas de camiones que despiden materia fecal en polvo y lodo.
Decenas de camiones, cargados con azolve de la presa de El Capulín, recorren las calles de La Herradura como Bosque del Lago, Arco y Monasterio, entre otras, donde van dejando a su paso lodo y tierra pestilente, señalaron colonos en decenas de mensajes enviados a EL UNIVERSAL este fin de semana, así como al Sistema de Aguas de Huixquilucan.
Al dragar la presa El Capulín, que capta las aguas negras de miles de casas y comercios, “el material contaminado con heces fecales y descargas del drenaje lo transportan en camiones normalmente sobrecargados, que van tirando tierra y lodo y todo lo que se les pega en las llantas, lo que dejan en el piso y en el aire”, mencionaron vecinos afectados.
Al secarse el lodo de las aguas negras “levanta mucha tierra, que es lo que estamos respirando. Es grave, respirar este polvo genera dolor de garganta en no más de dos o tres minutos de haber estado expuesto”, indicó Carolina León, habitante del lugar.
“Por favor, ayuda con el problema sanitario”, externaron vecinos de La Herradura, en mensajes dirigidos a la secretaria de Salud, Mercedes Juan.
El director del Sistema de Aguas de Huixquilucan, Arturo Martínez Alfaro, informó que pasaría el reporte a Conagua, para buscar una solución, toda vez que el manejo El Capulín es de competencia federal.
“Ahora lo que el Sistema de Aguas Huixquilucan o la Comisión Nacional del Agua (Conagua) hagan es lo menos importante, aquí el problema es sanitario con toda esa materia pululando en el ambiente”, enfatizó.
El Capulín, igual que otras presas de la zona como la de Tecamachalco y El Sordo, pasaron de ser depósitos de agua de lluvia a verdaderas cloacas a cielo abierto, cuyo olor y emanación de bacterias y virus afecta a habitantes de municipios como Huixquilucan y Naucalpan.
En la presa de El Capulín, autoridades estatales instalaron una planta de tratamiento de aguas residuales, no obstante su funcionamiento no ha sido óptimo o al menos es limitado, pues la peste que emanó este año afectó a cientos de familias de La Herradura, Balcones de La Herradura y fraccionamientos aledaños.