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Apenas cumplía un año de haber adquirido un departamento en el condominio Vista del Campo, con una vista panorámica en una colina de la zona de Santa Fe. Ayer, Marcela Álvarez tuvo que contratar una camioneta de redilas para sacar con urgencia parte de sus bienes ante la orden de la secretaría de Protección Civil de evacuar tres de las cinco torres del residencial, como medida preventiva ante los des- laves en un talud del predio.

“Se cimbró la tierra como un temblor y nos salimos rápido”, relató la señora al recordar el deslave ocurrido la noche del pasado martes, el tercero desde el 27 de octubre.

“Los culpables de esto son los dueños de las torres de telecomunicaciones, que hicieron un contrato con un predio irregular y colocaron ahí unas antenas de comunicaciones en extremo pesadas, sin un estudio de mecánica de suelo”, criticó la residente, quien tendrá que ir a otra vivienda mientras se realizan los estudios geológicos en el talud y la colina del condominio, para saber si están en riesgo las viviendas”, enfatiza.

El 27 de octubre, cuando ocurrió el primer deslave, la delegación Cuajimalpa y Protección Civil evacuaron una vivienda situada al borde del desgajamiento, la cual, según la propia demarcación, se edificó desde antes de 2007 sin permisos ni algún estudio para avalar la seguridad.

Además, al menos desde 1996 se colocó una antena de telecomunicaciones, de la cual tampoco hay licencias vigentes en los archivo de la delegación, aunque la empresa propietaria, American Towers, afirma contar con los permisos, como licencia de instalación de 1996 y un permiso de la dirección de aeronáutica civil.

Marcela Álvares interrumpe la conversación para dirigir la camioneta de mudanza a su departamento y sacar sus pertenencias, pues “por encima del patrimonio están las vidas”.

Por otra parte, Luis Fernando Orozco recibió de imprevisto a su hija la medianoche del pasado martes, pues ella tuvo que desocupar el departamento propiedad de su padre en la torre cinco del condominio Vista del Campo, debido al deslave registrado esa noche, a unos 10 metros de distancia, en un talud que desde la semana pasada la tenía preocupada.

El señor Orozco, quien hasta hace unos meses vivía en el inmueble, da alojamiento a su hija y al esposo de la joven mientras se dan los resultados de los estudios ordenados por el gobierno capitalino, al tiempo que pide celeridad en las pruebas.

Comenta que en primer lugar está salvaguardar vidas aunque añade que también está en problemas la plusvalía de los condóminos.

“El valor patrimonial está muy deteriorado porque cuando quiera vender el departamento, ¿quién nos lo va a comprar? (…) Mientas esto siga así, nadie lo va a querer”, lamenta el vecino, aunque no precisó el porcentaje en detrimento.

En sitios de internet especializados hay ofertas de departamentos de Vista del Campo, que van de los 12 a 18 millones de pesos. Son inmuebles de 300 metros cuadrados o más, según los anuncios consultados. “Nos preocupa esta situación, porque las autoridades se han concentrado en ver los riesgos en la vivienda del número 111 (evacuada por quedar en alto riesgo), pero queremos que se haga un estudio para saber cuál es la afectación del deslave sobre los edificios del condominio”, señala.

Añade que después de una junta de condóminos, abogados que contrataron informaron que la vivienda del número 111, ubicada en el extremo de una colina, se construyó de manera irregular y quien la habitaba hizo un contrato con una empresa para la colocación de una antena de comunicaciones muy pesada para el suelo.

“Se encontró que la vivienda no es propiedad del señor que la habita, sino que está expropiada por el GDF desde 1992 y en el registro Público de la Propiedad aparece que el gobierno es el dueño. Ahora resulta que la casa es la que está causando las afectaciones, quien habitaba ahí también le da entrada a la colocación de unas antenas”, cuestiona el señor Orozco, quien añade que evalúan presentar una demanda para que se exija a los responsables del deslave su indemnización.

Añade que cuando compró un departamento en 2007 los desarrolladores del residencial afirmaron tener todos los permisos, pero con los deslaves creció la incertidumbre, por lo cual “pedimos que se acelere la realización de los estudios”.

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