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Fue un sí colectivo. Trescientas cuarenta y dos veces se escuchó al unísono. De esas voces que se oyeron al mismo tiempo, 171 eran de hombres vestidos con ropa color azul rey y beige que tomados de la mano de sus parejas contrajeron matrimonio aún en reclusión.
Acusados de robo, extorsión y narco menudeo estaban en primera fila, nerviosos, alegres y expectantes. Escucharon las palabras del juez del Registro Civil que los casó y de las autoridades que acudieron al enlace.
En una boda colectiva realizada en el penal de Chiconautla 171 internos se casaron por el civil. Algunos de los desposados ya enfrentan una sentencia y otros están en proceso de recibirla.
Víctor, de 25 años fue uno de los que quieren cambiar su vida. Tiene dos hijos y quiso unir su vida de manera legal con Juana. Está dispuesto a rehabilitarse y comportarse de manera digna para ser un ejemplo para sus pequeños.
“Creo que al casarme puedo tener una nueva vida, ver por mi esposa, mis hijos, ayudarla en lo que pueda desde aquí y portarme bien para que me bajen la condena y pueda salir y estar con mi familia que sé que me necesita”, contó.
César también quiere que su vida de un giro de 360 grados. Con el amor de su esposa a logrado salir adelante y superar lo difícil que es estar preso.
"Me casé porque ella es el amor de mi vida, es quien está conmigo, me apoya y por ella he logrado salir adelante, es un motor para mí, sin ella no podría soportar el estar aquí y hacerme responsable de mi conducta, que fue lo que me trajo aquí", dijo el joven de 27 años.
El alcalde de Ecatepec, Sergio Díaz Hernández, deseó que el compromiso que adquirieron los ayude a iniciar su reinserción a la sociedad.
“Al contraer nupcias no sólo adquieren derechos sino obligaciones que deben cumplir a pesar de estar dentro del centro, tienen la responsabilidad de rehabilitarse, cumplir su condena y salir a dar el ejemplo a sus hijos y ser parte del progreso de Ecatepec", expresó el edil.
Mauricio Noguez Ortíz, director general del Registro Civil del Estado de México, aseguró que llevar a cabo un enlace matrimonial tiene el fin de iniciar una vida próspera y con compromiso, por lo que exhortó a los contrayentes a compartir de manera voluntaria su vida y que ésta sea encaminada a las buenas acciones para el progreso y bienestar de su estado civil.
Al final con un beso se terminó la ceremonia.