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juan.barrera@eluniversal.com.mx
Cuautitlán Izcalli, Méx.— Investigadores de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, de la UNAM, estudian el valor nutricional de la chía, cuyo cultivo se remonta a épocas prehispánicas, aunque es necesario reactivar su producción y consumo.
La chía va más allá de ser un súper alimento, consideró la doctora María Gabriela Vargas Martínez, quien junto con los doctores José Alfonso Hernández Gómez y María Andrea Trejo Márquez, trabaja en la caracterización de las prolaminas presentes en distintas variedades de la semilla.
“En épocas recientes la búsqueda por mantener un estilo de vida saludable ha dirigido a la población a integrar el consumo de súper alimentos en su dieta, productos naturales con una alta concentración de nutrientes en general. Sin embargo, la chía va más allá, pues es un ‘nutracéutico’”, aseguró Vargas Martínez.
Detalló que el término “nutracéutico” se deriva de la combinación de las palabras nutrición y farmacéutico, el cual define a los comestibles que proporcionan beneficios medicinales, previenen enfermedades y complementan el tratamiento de las mismas.
La académica aseguró, en un comunicado, que el objetivo principal de la línea de investigación es establecer la “huella dactilar” de la herbácea, para así obtener innumerables beneficios que van desde incrementar su uso comestible hasta fomentar su siembra en territorio nacional, lo que dará pauta a incontables proyectos.
Relató que la salvia hispánica (chía) es una planta nativa de México que en la época prehispánica formó parte de la alimentación diaria y fue elemento imprescindible de los tributos aztecas que cada año comprendían toneladas de la misma, pero su uso fue suspendido con la llegada de cereales durante la conquista española.
Herencia prehispánica. Dijo que el cultivo de la chía sobrevivió en áreas montañosas concentradas en Acatic, Jalisco, donde actualmente se exporta a Estados Unidos, Japón y algunos países europeos. También se cultiva en Puebla, Michoacán, Jalisco y Colima.
La investigadora afirmó que la semilla permaneció en el olvido y en la última década resurgió con fuerza debido a sus propiedades nutrimentales.
Está compuesta por entre 19 y 23% de proteína de mejor calidad y más digerible en comparación con otros granos convencionales, el 32 a 39% restante se constituye de ácidos grasos omega 3, valiosos para el ser humano, además de que es rica en calcio, hierro, potasio, vitamina C, fibra y antioxidantes.
El equipo de investigación “plantea la identificación y cuantificación de los fenoles, prolaminas y ácidos grasos presentes en las diversidades de la chía. De hecho, México es el único país en el que habitan múltiples variaciones.
“Los expertos sustraen los perfiles de las prolaminas contenidas para utilizarlos posteriormente como un patrón de clasificación del genotipo de dicha especie vegetal”, dijo.