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Cuando queden libres las hectáreas que actualmente ocupa Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, se dará solución a los retos que derivan de ello, como la atención a la pobreza en la zona aledaña, la demanda de agua y concretar un proyecto urbanístico a través de un proceso transparente, democrático y participativo, afirmó el titular de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco), Salomón Chertorivski.
Durante su participación en la inauguración del Tercer Festival Internacional de Arquitectura y Ciudad Mextrópoli 2016, el funcionario consideró que en este marco, "es necesario ser creativos en los procesos de participación y en el mecanismo de cómo se va haciendo no sólo la pedagogía, sino como vamos alimentando los proyectos sin miedo a que la gente participe en ellos.
"Porque la Ciudad de México, como muchas del mundo se tienen que replantear, no sólo se tienen que reciclar, sino las tenemos que pensar con lógicas diferentes", dijo Chertorivski y explicó que actualmente existe una ventana de oportunidad fantástica cuando el aeropuerto se mude.
"Y enhorabuena que se mude, porque la ciudad necesita más capacidad aeroportuaria y mayor conexión con el mundo, pero cuando esto suceda, nos quedará a la metrópoli, un espacio de imaginación sensacional 710 hectáreas, es decir, algo similar a lo que comprende Ciudad Universitaria, o las tres secciones del Bosque de Chapultepec juntas, y a cinco kilómetros del Zócalo, enclavados en el nororiente de la ciudad.
"Eso nos ofrece la oportunidad y nos da la responsabilidad de que con el tiempo suficiente planificar y visualizar ahí la Ciudad de México del futuro", reiteró el funcionario.
Recordó que hace unos días hizo una primera entrega de lo que opinan los ciudadanos respecto hacia dónde debe ir el proyecto referido, en el marco de lo cual detalló cuatro puntos.
El primero, dijo, es que hay un fenómeno interesantísimo donde al aeropuerto se le ve como una unidad económica, que genera negocio.
Pero esa terminal aérea, "ya dio lo que tenía que dar" y actualmente se presenta un factor de empobrecimiento de las zonas aledañas.
"Es el metro cuadrado de tierra que menos vale en la ciudad, si quitamos la parte sur rural, de la zona urbana, es el metro cuadrado que menos vale y está a cinco kilómetros del Zócalo.
"¿Por qué es el que menos vale?, Por estar junto a un aeropuerto; porque la gente no quiere vivir junto a un aeropuerto; porque es por los conos de aproximación; porque no se puede crecer hacia arriba".
Pero además, porque en otras ciudades del mundo, en esos sitios, se generaron cadenas productivas y aquí no existe eso en las zonas aledañas. "No hay una economía encadenada con la economía del aeropuerto, por ello, la oportunidad de desarrollo en el sitio donde se concentra la mayor cantidad de pobreza urbana de nuestra ciudad".
Un segundo concepto fundamental, resaltó, es que el nororiente es la zona con mayor estrés de agua, donde más hace falta esta.
Por otro lado, es la zona más baja del lago de Texcoco, que es inundable, pero que hoy no sucede porque tiene un poderoso bombeo financiado con la actividad económica del aeropuerto.
"Es decir, para el día que cierre tiene que estar contemplado un plan hídrico profundo para dotar de agua y al mismo tiempo sacar el agua negra".
Salomón Chertorivski señaló como tercer punto la importancia de las reglas urbanísticas sobre las cuales se comenzará a trazar a partir de las referidas 710 hectáreas, pero que debe continuar a la sociedad y a la metrópoli.
Al respecto expuso que esto se deberá enmarcar en la primera Constitución de la Ciudad de México, la cual deberá contemplar el concepto y regla urbanística del futuro.
Como cuarto concepto, expresó: "Tenemos la oportunidad de que no sólo el resultado de lo que decidamos hacer allá, sea importante e impactante, sino que el proceso que utilicemos para decidirlo sea transparente, democrático y participativo, con grandes arquitectos, urbanistas e ingeniería mexicana. Pero también los ciudadanos tienen algo que decir, porque estamos hablando del futuro de la ciudad.
"Es pues el aeropuerto actual la oportunidad de soñar una ciudad de México diferente, del futuro y lo que hagamos o dejemos de hacer ahí, será reflejo de lo que se pueda construir en las ciudades".