Atrás quedó la discusión conceptual que define los temas de seguridad alrededor de la soberanía, la integridad territorial, la estabilidad política y los arreglos militares y de defensa y que definen al Estado en función de su poder. La historia nos ha demostrado que la seguridad del Estado no se traduce en todos los casos en la seguridad de las personas. Hoy el concepto de seguridad busca que el ciudadano alcance la libertad del miedo, libre de riesgos y amenazas y la libertad de la necesidad, libre de cubrir necesidades básicas fundamentales que permiten alcanzar la autodeterminación de las personas.

Aunque no es nuevo, este renovado concepto, el de seguridad humana toma como punto de partida al ser humano bajo una visión multidimensional e integral. De acuerdo al Informe sobre el Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidad para el Desarrollo (PNUD) de 1994, la Seguridad Humana contempla al menos siete categorías: 1) seguridad económica, 2) seguridad alimentaria, 3) seguridad de la salud, 4) seguridad medioambiental, 5) seguridad personal, 6) seguridad de la comunidad y, 7) seguridad política. Las amenazas a la seguridad humana pueden ser crónicas vinculadas al hambre, la salud o la represión o pueden referirse a cambios repentinos en nuestra vida cotidiana, vinculados a fenómenos de origen natural o provocados por el hombre –accidental o intencionalmente.

El concepto de seguridad no puede ya ser entendido fuera del contexto del desarrollo, al hablar del concepto de seguridad humana en realidad estamos hablando de condiciones de estabilidad política y económica, de la seguridad de la infraestructura, del agua, energética, alimentaria, en el transporte y las comunicaciones, hablamos también de políticas públicas que incentivan la generación de capacidades de preparación y respuesta, resiliencia y continuidad ante las distintas perturbaciones a las que un individuo o comunidad puede estar expuesto, hablamos de ejercicios permanentes de reducción del riesgo de enfoque transversal y de orden político, económico y social.

No será la primera ni la última vez en la que me refiera al crecimiento y desarrollo de ciudades como la nuestra y reconozca que muchas veces —dado su tamaño y complejidad— invita a la generación de condiciones de vulnerabilidad y riesgos para las personas que aquí vivimos y para nuestras instituciones. Es por ello que hoy, de cara la construcción de la Constitución de la Ciudad de México, el reto es incorporar el concepto de seguridad humana en donde la seguridad, sumada a los derechos humanos y al desarrollo son condiciones interdependientes e indispensables que garantizan el desarrollo sostenible de las personas y sus comunidades.

La Constitución habrá de reflejar la responsabilidad del Gobierno de la Ciudad de asegurar derechos fundamentales de supervivencia y acceso a los medios de subsistencia. Deberá establecer condiciones necesarias para eliminar la vulnerabilidad urbana, habrá de quedar plenamente definido el concepto de riesgo como un proceso transversal de articulación multisectorial en la planificación estratégica de las instituciones si el objetivo es garantizar cada una de las condiciones de seguridad que le permitan al ser humano alcanzar un desarrollo pleno.

Presidente de la Comisión de Gobierno de la ALDF

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses