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La delegación Xochimilco tomará acciones legales contra los desarrolladores de megaproyectos que quieren realizar en el centro de la demarcación.

“Vamos a defendernos jurídicamente y de otras formas [...] Vamos pedirle a Miguel Ángel Mancera que ya ponga orden en sus áreas a Tanya [Müller García], que se ha convertido en la principal defensora de estos desarrollos”, dijo el delegado de Xochimilco, Avelino Méndez.

Actualmente las obras están suspendidas, pero las empresas promovieron amparos.

Entre los proyectos están: el Chedraui de Tulyehualco; la plaza comercial de Sams y Walmart, en Santiago Tepalcatlalpan; el centro comercial de División del Norte, donde se pretendía construir un estacionamiento subterráneo; así como el Club Hípico, en el pueblo de Santa Cruz Xochitepec.

El delegado anunció que habrá acciones jurídicas y otras internacionales, pues apelarán ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) “porque están dañando el patrimonio; estamos evaluando otras medidas, también [iremos] ante el [Tribunal de lo] Contencioso Administrativo, porque es indignante”.

En la opinión de Méndez, detrás de estos megaproyectos “hay una mafia que quiere destruir a la ciudad y en ella está Tanya [Müller] y yo espero que Miguel Ángel Mancera no”.

Dijo que a las autoridades del gobierno central les harán un exhorto para que revisen todos sus procedimientos y para que Müller “deje de ser defensora de los desarrolladores. Ella creerá estar cuidando el medio ambiente, pero hace lo contrario”.

El gobierno delegacional reiteró que está a favor del progreso, pero nunca a costa de la población o el territorio.

“Los megaproyectos ponen en riesgo la economía de los pequeños comercios que jamás podrían competir con los precios que empresas como Walmart o Chedraui ofrecen a los consumidores”, sostuvo.

En días pasados se clausuraron las obras de construcción de tiendas departamentales y plazas comerciales que fueron concesionadas por la administración pasada o por el Gobierno de la Ciudad de México.

Explicó que este tipo de construcciones gigantes no son adecuadas para el tipo de suelo, pues provocarían hundimientos que a su vez dañarían los mantos acuíferos.

Mencionó que otra de las afectaciones sería la desaparición de 16 hectáreas de suelo dedicadas al turismo y la producción rural que son parte imprescindible de la economía local, al tiempo que reafirmó su compromiso por eliminar la corrupción que impera en el otorgamiento de permisos.

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