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“Quiero que mi caso no quede impune y sirva de ejemplo”, dice Jair, el hombre que el pasado viernes fue bajado de su auto y golpeado por un guarura que escoltaba a un Ferrari rojo sobre la avenida Tlalpan.

Recuerda que el día de los hechos, cuando fue sorprendido por el guardaespaldas vestido de civil y con un arma en mano, pensó que lo querían asaltar, pues “nunca molestó ni se interpuso en el camino de nadie”.

“Este asunto no debe quedar impune, además de que me agredieron y me humillaron, encima me roban, no fue un evento menor ni un incidente aislado”, asegura.

Como resultado de la agresión que sufrió, Jair tiene esguince en cervicales, muñecas lesionadas y golpes contusos en varias partes del cuerpo. Debido a que sus lesiones tardarán más de 15 días en sanar, de ser detenidos los presuntos responsables su situación jurídica se agravará.

“Lo primero que se me vino a la mente es que me iban a asaltar y empecé a pedir auxilio, nadie hizo nada, todos empezaron a tocar el claxon y eso fue muy extraño. Después que me bajé, este hombre me siguió golpeando y después escuché que el del Ferrari le dijo: ‘Ya déjalo güey, vámonos’. En ese momento otro de los guaruras entró a mi carro y se llevó mis pertenencias”, cuenta Jair, quien dice que es maestro de idiomas.

La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ) dio a conocer que ya busca a los dos guaruras que agredieron a Jair y al propietario del Ferrari color rojo, cuya matrícula es del estado de Morelos y está a nombre de Alberto “N”, para que rindan su declaración.

Óscar Montes de Oca Rosales, subprocurador de averiguaciones previas desconcentradas de la procuraduría capitalina, explicó que sobre los dos guardaespaldas se podrían configurar los delitos de lesiones, daños y robo, pues el afectado aseguró que después que lo golpearon, abrieron su camioneta y se llevaron un teléfono celular, una tableta electrónica y 4 mil pesos en efectivo.

De acuerdo con el Código Penal Federal, por este delito el presunto autor intelectual y sus guaruras podrían alcanzar hasta tres años de prisión en caso de llegarse a configurar los delitos antes mencionados; además, debido a las agravantes del caso, no alcanzarían fianza.

Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno capitalino, informó que se solicitó apoyo al Servicio de Administración Tributaria (SAT) para investigar al dueño del Ferrari rojo, mientras que la PGJ “tiene la instrucción de agotar esta averiguación previa.

“Hay un nombre que ha surgido; he instruido al SAT para que gire oficios a fin de que pueda informarnos”, aseguró el mandatario.

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