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Por un ajuste de cuentas, fue ejecutado el ex comandante del grupo de investigaciones de la policía ministerial de Coacalco el pasado miércoles dentro de su camioneta Hummer, en la colonia Unidad Habitacional Guerrero, de Iztapalapa.

Así lo informó una de las personas que fue detenida por la dependencia investigadora quien continúa laborando en la mismas corporación policiaca, y fue plenamente identificado por el hermano de la víctima, quien durante el ataque recibió más de 30 impactos de bala de grueso calibre.

De acuerdo con el expediente número IZP/IZP-5/T2/104/16-02, agentes de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México (SSP) capturaron calles más adelante del homicidio a una persona, quien dijo responder al nombre de Rubén —de 44 años—; éste fue abandonado por sus presuntos cómplices al tratar de subir a un Pontiac Sunfire con vidrios polarizados.

En su declaración preparatoria, el imputado reveló que asesinaron al ex comandante porque aún se ostentaba como agente de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) y eso lo utilizaba para cobrar el derecho de piso a ladrones y narcomenudistas de la delegación Iztapalapa y del Estado de México; sin embargo, los delincuentes se dieron cuenta que ya no era policía y decidieron liquidarlo.

Rubén confesó también que el occiso Felipe Carmona Dávila cobraba de entre 10 y 15 mil pesos mensuales a cada narcomenudista de la zona, lo que le dejaba ganancias millonarias y por eso, vestía de manera ostentosa y conducía carros lujosos, por este motivo, la procuraduría capitalina inició una investigación interna contra el hermano del ex comandante extorsionador para determinar si también participaba en este acto ilegal.

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