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A sus 27 años de edad, Rocío Infante pensó que ya no tendría oportunidad de estudiar una carrera universitaria tras ser rechazada dos ocasiones de la UNAM y UAM: “Me desanimé muchísimo y dije ‘yo ya no voy a estudiar de plano’, pero cuando vi la convocatoria dije ‘a lo mejor es mi momento’ y lo agarré”.

Estudió en el Colegio de Bachilleres y al salir hizo el examen para ingresar a la UNAM y después a la UAM, pero le faltaron aciertos.

Vive en Tulyehualco, en la delegación Xochimilco, y llega en media hora a su nueva escuela, ubicada en Tláhuac, donde estudia la carrera de Ingeniería Civil.

“Estoy muy animada, quiero crecer mucho. Aunque no somos muchos alumnos, creo que la escuela da para más, pues los profesores son muy buenos y están bien preparados”, comentó al salir de su clase de Trigonometría, Álgebra y Computación.

A Rocío no le preocupa que su universidad no tenga el reconocimiento de la Secretaría de Educación Pública (SEP), pues ver las instalaciones le dan seguridad y sólo piensa en concluir sus estudios: “Los profesores nos dieron una plática, nos dijeron que aún está en pláticas esto del trámite, pero no sé más. Creo que esto se va a arreglar, yo quiero egresar titulada y con buen promedio”.

Gerardo Alexis Gómez, de 23 años de edad, también estudia Ingeniería Civil en la recién inaugurada Escuela de Ingeniería Heberto Castillo Martínez, después de ser rechazado en el examen de selección de la UAM.

A través de una convocatoria en internet se enteró de que a 15 minutos de su casa podría estudiar la universidad: “Me pareció una muy buena opción esta escuela por el tipo de proyecto y por el tipo de maestros que hay”.

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