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fanny.ruiz@eluniversal.com.mx
En los salones aún se percibe el olor a pintura fresca. La mayoría de las sillas y mesas no han sido usadas. Los 11 salones de la Escuela de Ingeniería Heberto Castillo Martínez, en Tláhuac, esperan la llegada de los 60 alumnos, quienes serán preparados por 16 profesores egresados de la UNAM, en su mayoría, con maestrías y doctorados en el extranjero. También hay académicos del IPN, UACM y UAM.
“Tenemos una plantilla de 16 profesores que ya están disponibles, pero evidentemente no todos pueden participar ahorita por la falta de alumnos. En un grupo ocupas a lo máximo cuatro profesores o cinco por las materias, no puedes ocupar a todos [...] Entonces ocupas una plantilla pequeña que te permita funcionar con gente especializada en cada una de las materias [...], hay que hacerlo funcional para los alumnos, que no sean clases tan cargadas en términos de tiempo, una metodología dinámica y un modelo pedagógico que los tenga activados”, explicó el director del plantel, Jorge Raos García.
Agregó que el grupo docente tomó un curso de inducción y sostuvieron varias charlas con ellos, “ya hay un acuerdo de participar, incluso varios de ellos de manera voluntaria”.
Durante las próximas 17 semanas cinco maestros impartirán materias básicas que requiere toda persona para poder cursar a una carrera de Ingeniería. Los cursos son con el objetivo de nivelar el conocimiento de los alumnos, pues hay quienes hace varios años egresaron y no tienen frescos los conocimientos, explicó.
“Es necesario retomar algunos conceptos que nos permitan, obviamente, iniciar con toda la información suficiente las carreras de ingeniería que llevan una carga de Matemáticas, carreras que a veces dificultan el avance de los alumnos y para evitar eso estamos impartiendo este curso de inmersión”, comentó Raos.
También buscan abrir el panorama de lo que es cada una de las dos carreras que se imparten: Ingeniería Civil e Ingeniería en Computación.
Contemplan abrir un segundo bloque propedéutico y después iniciarán las clases formalmente. Las inscripciones se mantendrán abiertas hasta marzo, cuando se comenzará el segundo curso.
“Tenemos todo lo que necesitamos para funcionar, quizá vamos a necesitar un laboratorio de hidráulica en sexto semestre, pero ahorita no lo necesitamos todavía. En su momento estaremos atendiendo con oportunidad todo lo que se requiera”, afirmó el director de la escuela.
El plantel cuenta con espacios para laboratorios, un auditorio, dos baños para mujeres, dos para hombres y uno para las universitarias que tengan discapacidad y otro para ellos. Tiene también un laboratorio con 12 computadoras.
Hasta julio o agosto la escuela universitaria abrirá sus puertas de 8 de la mañana a 1 de la tarde.
El horario para las clases formales en esta universidad aún no está definido, pero se busca mantener un horario matutino y vespertino, que dependerá de la demanda educativa. Por el momento, están contemplados tres grupos con capacidad de 20 a 25 alumnos.
“Recibimos gente que había hecho examen a distintas universidades, en varias ocasiones y no había tenido la oportunidad de ingresar, entonces cuando se les presenta una oportunidad como ésta la valoran muchísimo”, afirmó el director del plantel, quien lamentó que se trate de desprestigiar este proyecto educativo por simples intereses políticos.