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Habitantes de la delegación Milpa Alta pidieron a la titular de la Secretaría de Medio Ambiente, Tanya Müller que, a través de su Dirección Ejecutiva de Vigilancia Ambiental, haga operativos de desmantelamiento y recuperación de espacios en la reserva ecológica invadida por asentamientos irregulares desde hace años.

“¡Construir o lotificar en suelo de conservación está prohibido!”, advierte el letrero colocado en la entrada del predio Malacaxco, perteneciente al pueblo de San Pedro Atocpan, pero esto no detuvo a las personas que construyeron sus hogares en la reserva.

Son más de 35 viviendas irregulares en el sitio que mide alrededor de 57 hectáreas. La mayoría de los inmuebles son de cartón o madera; son hogares precarios, pero algunos tienen servicio de televisión de paga.

De acuerdo con Francisco Pastrana, asesor de la Representación General de Bienes Comunales de Milpa Alta, el conflicto se originó hace seis años:

“Un vival de aquí del pueblo empezó a fraccionar, él se señala como representante de un consejo comunal, una comisión comunal, entonces aprovechando de ese cargo empezó a lotificar y vender partes del predio de manera ilegal a gente de la Ciudad. Como esto es propiedad comunal, todo es ilegal”.

Desde entonces han solicitado la intervención de las autoridades delegacionales y capitalinas, sin respuesta.

Pastrana recordó que se hicieron recorridos con la DEVA (Dirección Ejecutiva de Vigilancia Ambiental) en agosto de 2015, “se dijo que se iban a hacer acciones para recuperarlo, pero no se han hecho, estamos esperando”.

Pobladores acusaron a Gustavo Álvarez de fraccionar y vender, “posiblemente en alianza con algunas organizaciones peticionales de vivienda de la ciudad. Nosotros lo hicimos del conocimiento de las autoridades pero no han intervenido”.

Una vez más solicitaron operativos de desmantelamiento y recuperación de espacios, “queremos que se demuelan todas las habitaciones y se restituya el medio ambiente”.

Si las autoridades no atienden las demandas, los comuneros advirtieron que seguirán organizándose para recuperar la reserva.

“Este es suelo forestal de conservación, aquí no vamos a permitir uso habitacional, este es uso de conservación forestal, es el uso de suelo que tiene de acuerdo al programa de Ordenamiento Ecológico”, indicó Pastrana.

Milpa Alta cuenta con entre 300 y 400 integrantes de la Vigilancia Forestal, son parte de los comuneros y son parte de las organizaciones de los pueblos que hacen trabajos de vigilancia en todo el bosque.

Aunque reconoce que la mayoría de personas que habitan estos asentamientos irregulares son de escasos recursos, aseguró que nadie debe buscar vivienda a costa del área de conservación: “nosotros sabemos que es un derecho constitucional, el derecho a la vivienda, para todos los mexicanos, pero no podemos resolver estos problemas con nuestras tierras comunales”.

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