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Al menos tres faltas de tránsito son las más comunes entre los conductores de microbuses: circular por carriles centrales, bajar y subir pasaje a mitad de las avenidas y operar las unidades con las puertas abiertas.
EL UNIVERSAL llevó a cabo un ejercicio en el que recorrió por completo una ruta de viaje de microbús. Durante el trayecto se detectaron anomalías que, de acuerdo con el nuevo Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México, deberían ser sancionadas.
En el trayecto un conductor de la Ruta 1 —que va de la Calle 55 en la colonia Santa Cruz Meyehualco hasta el paradero de Tasqueña—, incurrió en las tres faltas antes mencionas en al menos 25 veces, lo que representa una amonestación de entre 716 y 14 mil 336 pesos, y la unidad debió haber sido remitida al corralón por bajar y subir pasajeros en zonas no autorizadas.
A las 11:00 horas, la unidad de transporte público partió de la parada ubicada entre Calle 55 y avenida Sexta, con ocho pasajeros a bordo.
La cubierta de los asientos está rota y la esponja de color amarillo sale por los lados. La pintura de los tubos y pasamanos luce desgastada, por lo que se ven los fierros de color marrón.
“Ya nos acostumbramos a transportarnos así. Son desperfectos comunes de todos los microbuses viejos. Pero este microbús en particular está en la gloria, hay algunos que tienen los fierros de fuera, los pisos desgastados y con hoyos, hasta puedes ver el asfalto”, dijo Rosario González, usuaria del transporte público.
La mujer de 58 años dice que no ha notado ningún cambio de conducir por parte de los choferes de microbuses. Comenta que los policías no sancionan las faltas que se cometen.
Justo en ese momento, la unidad arriba al metro Cerro de La Estrella en Calzada Ermita Iztapalapa, y el chofer toca el claxon cuatro veces seguidas.
Rosario, con un gesto de molestia, dice: “¿Ve lo que le digo? El tráfico y el ruido afectan, y esta gente no tiene conciencia del ruido que genera”.
El Reglamento de Tránsito establece que no se debe hacer uso excesivo del claxon, de lo contrario, el chofer recibirá una amonestación verbal de parte de los policías.
Sin embargo, el conductor de la Ruta 1 no recibió ninguna llamada de atención y continuó su camino.
El 90% del tiempo de viaje —una hora con 30 minutos— el chofer circuló por en medio de las vialidades Ermita Iztapalapa y La Viga con rumbo a Tasqueña, situación que está prohibida, pues el transporte público debe circular por el carril de extrema derecha, de acuerdo con el capítulo cinco, artículo seis de la normatividad.
En ese mismo trayecto, el conductor subió y bajó pasaje a mitad de las vías y no en las esquinas, como dicta la nueva reglamentación.
“No existe cultura vial. Si fuéramos conscientes de eso iríamos a las paradas a tomar el microbús, pero no, nos da flojera, se nos hace más fácil levantar el brazo donde nos dé la gana y subir y bajar cuándo y dónde queramos. Lo correcto es tomarlo en los parabuses”, afirmó Daniel Rodríguez, usuario.
El reglamento establece que las unidades que incurran en las citadas anomalías serán sancionadas con una multa que va de 716 a 14 mil 336 pesos.