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diana.fuentes@eluniversal.com.mx
Cada mes, los concesionarios de las 28 mil unidades de transporte público de la ciudad depositan a una cuenta personal de Banamex, y no a la Tesorería del Distrito Federal, alrededor de 6 millones 854 mil 400 pesos, por concepto del uso de los Centros de Transferencia Modal (Cetram).
Los transportistas Antonio Luna, Alfonso Torres y Rosalío Juárez dijeron que los primeros 10 días de cada mes tienen que pagar 244.80 pesos a la cuenta 3804077, con número de referencia CE107883.
De no hacer el depósito, las unidades de transporte concesionado no pueden entrar a los paraderos; sin embargo, los piratas sí pueden.
Los Cetram dependen de la Oficialía Mayor del DF, a cargo de Jorge Silva. Cuando fueron creados pertenecían al Sistema de Transporte Colectivo Metro; luego pasaron a manos de las delegaciones y luego a la otrora Secretaría de Transportes y Vialidad (Setravi).
En el Distrito Federal hay un parque vehicular de 28 mil unidades. Cada una tiene la obligación de pagar esta cifra bajo el argumento de que contribuye a tener instalaciones dignas, limpias, iluminadas, seguras e incluso con medidas de protección civil.
La realidad es otra, tan sólo en el Cetram Tasqueña no hay señalamientos y ni siquiera ha sido acondicionado este espacio para el libre tránsito entre microbuses y camiones.
En las lanzaderas prevalece un exceso de autobuses pirata. Tampoco se recoge la basura y no hay seguridad.
“Estos recursos, que no ingresan a las finanzas de la ciudad, representan la caja chica del gobierno capitalino”, consideraron transportistas.
En el DF operan 40 Centros de Transferencia Modal. De éstos, 34 tienen conexión con el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro; nueve con Transportes Eléctricos; tres con línea del Tren Ligero; 10 con Metrobús; 21 con servicio de RTP y cuatro con biciestacionamientos.
El 4 de enero pasado, les informaron que la cuota aumentaba a 244.80 pesos. En la carta, de la cual EL UNIVERSAL tiene copia, se pide a los concesionarios que el comprobante de pago sea entregado en tiempo y forma.
Los dirigentes de las rutas 13 y 87 dijeron que es lamentable que los recursos que se obtienen en los Cetrams, por más de 82 millones de pesos anuales, no sean entregados a las finanzas de la ciudad para mejorarla.
“Mientras no haya legalidad en la capital del país, ésta será tierra fértil para la corrupción”, advirtieron.
Alfonso Torres insistió en la necesidad de que las autoridades actualicen la cifra de concesiones de transporte público que hay en la ciudad de México, así como la de rutas, ya que desde hace tiempo se ha reportado que son 110 rutas, con 10 empresas. Ahora con los corredores, estas cifras evidentemente aumentaron.
Torres asegura que no hay voluntad de ordenar el transporte público porque entonces “deja de correr dinero por debajo de la mesa”.
Puso como ejemplo que en materia de movilidad en la zona metropolitana hay 27 millones de viajes diarios; el Metro mueve 4.5 millones; el Metrobús casi 2 millones.
En cambio, en los microbuses se realizan 18 millones de viajes diarios, por lo que el líder de la Ruta 87 se preguntó: En realidad ¿quién le está dando la movilidad a la población?