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Con el uniforme desteñido, des-lavado por el uso del mismo y cara de fastidio, pues nunca antes había recibido tanta atención, el policía de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF), Sergio Ángeles Soriano Buendía, no entiende por qué el devolver una bolsa con 42 mil pesos que se encontró en el estacionamiento de una plaza comercial en Polanco, ha causado tanto revuelo, “a mi nunca me cruzó por la cabeza quedármelos, lo que me extraña es que toda la gente me dice que mejor me los hubiera quedado y comprarme cosas”, explica.
Ese sábado, después de lo sucedido y terminar la jornada laboral, el oficial pretendía tomarse dos días de descanso y relajarse con su pareja sentimental en el estado de Puebla; sin embargo, debido a que la SSPDF le agendó varias entrevistas el paseo fue suspendido y se reportó la noche del domingo, “no me quedó de otra, chamba es chamba”, comenta el oficial con una sonrisa socarrona.
“Aquí en la corporación hay gente decente, muy buena, trabajadora y que quiere y respeta el uniforme, lo sé porque lo vivo a diario y lo veo desde adentro, son los valores que nos inculcan aquí mismo y aparte todos los que traemos desde casa y la vocación”, comenta en una plática con EL UNIVERSAL, mientras posa para las fotos en las instalaciones de la policía capitalina.
Soriano Buendía deja en claro que para él toda esta atención es nueva, nunca había posado para cámaras de televisión o de foto; sin embargo, lo hacía de manera natural, aunque lo intentó no podía ocultar el nerviosismo y la falta de diálogos con reporteros se dejaba ver en la entrevistas, sus respuestas fueron parcas y escuetas, “en las calles uno se sabe defender, pero esto es otra cosa”, sonríe y sigue las instrucciones del fotógrafo que le pide mirar hacia la cámara.
El oficial con número de placa 3904 lleva nueve años en la corporación, narra que se enfiló a la policía capitalina por la invitación de un amigo, no tenía empleo y con apenas 20 años de edad, pensó que sería buena opción portar el uniforme y le atinó, pues con las pláticas, preparación y prácticas, encontró su vocación, ahora dice portar el uniforme apegado a derecho y siempre en beneficio de la ciudadanía.
Con 1.70 de estatura y de complexión robusta, Sergio Ángeles asegura no estar casado y actualmente sostiene una relación sentimental de la que espera mucho, al considerar este acto como parte de su trabajo. Nunca ha sido castigado o sancionado, su desempeño según sus superiores es excelente, “así deberían ser todos los policías, no deberían dar problemas, el que obedece no se equivoca”, comenta entre risas su comandante quien prefirió el anonimato.
En este sentido, detalla que el pasado sábado, [día de los hechos] hacía su rondín como todos los días, al percatarse e inspeccionar la bolsa, de inmediato la reportó en el área adecuada y se comunicó con sus superiores para explicarle lo sucedido.
—Si no hubiera cámaras en el estacionamiento, ¿también devolverías la bolsa? Se cuestiona al oficial a lo que rápidamente responde: “No tendría por qué no hacerlo, eso es algo que no está en mí, así estuviera en la calle o donde sea, haría todo lo posible para entregárselo a su propietario, buscarlo, pedir ayuda, pero nunca quedarme algo que no es mío.
“Eso lo tenemos bien claro aquí en la institución y aunque sabemos que la imagen de la corporación esta dañada o la gente cree que todos somos abusivos la verdad no es así, como te digo, aquí hay mucha gente buena y profesional”, replica el uniformado.
No espera gratificación, remuneración ni regalos de parte de nadie, tanto así que hasta el momento no ha recibido una llamada del titular de la corporación, Hiram Almeida, “nadie me ha dicho nada aquí, ni el secretario de Seguridad Pública me ha llamado y no tiene porqué, debe estar muy ocupado atendiendo cosas importantes y cuidando la ciudad, además es mi trabajo y creo que cualquier otro policía en mi lugar hubiera hecho lo mismo.
“Quiero mucho esta ciudad y creo también en su gente, aquí hay gente buena y que también hubieran devuelto la bolsa, a toda la gente que me dice que mejor no la reportara y que me comprara un carro o cosas para esta temporada, sólo les digo que hay que actuar de manera correcta y bien, solamente así la ciudad puede cambiar”, puntualiza el entrevistado, quien anuncia que a partir de la siguiente semana se tomará unos días de descanso y espera que su ejemplo, impregne a toda la corporación.