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La idea de relajarse durante este puente vacacional se fue diluyendo conforme los miles de vacacionistas llegaban a la salida del Distrito Federal o en su defecto, ingresaban. En ambos sentidos de Viaducto Tlalpan, Periférico e incluso la avenida Insurgentes el tráfico, tal y como lo habían anunciado las autoridades, estaba a vuelta de rueda, los más afectados fueron los habitantes de la zona, quienes mostraron su molestia por las obras.

“Vemos que todo mundo pasa y pasa, todos de vacaciones menos nosotros simplemente porque no podemos salir de aquí, el viernes pasado para que mi hija entrara a la casa se tardó dos horas, hoy queremos usar el carro pero no podemos, nadie nos da el mínimo espacio para salir y ni modo, nos quedamos aquí encerrados porque ni los familiares pueden venir.

“Las autoridades no planearon bien o no previeron bien esta situación porque sí es mucha gente y si ya sabían que iba a pasar esto, pues suspendieran la obra o no sé, algo se les hubiera ocurrido porque con esos conos no se arregla el problema, la bronca es que hora todo se juntó, quincena, Buen Fin, puente, pensaron en todo, menos en los que vivimos aquí”, explicó molesto Roberto Pimentel, quien radica en las inmediaciones de la colonia La Joya y debido al tráfico y a las obras, no pudo mover su auto todo el fin de semana.

En los alrededores las ferreterías, fondas, restaurantes, estéticas y comercios no pudieron aprovechar el Buen Fin para vender, nadie encontró estacionamiento, todos tardaron de hora y media a dos para llegar a este punto, por lo que se vieron en la necesidad de cerrar y dejar las ofertas para este fin de semana largo.

Quienes aprovecharon las largas horas en el tráfico fueron los ambulantes que vendía desde aguas frescas, refrescos, botanas y accesorios para todo tipo de celular, desde la altura del Estadio Azteca los comerciantes aprovecharon las filas para vender de todo, “vendimos muchos adaptadores de corriente para celulares, ya ve que ahora nadie vive sin el celular”.

“Nosotros no tenemos la culpa”. En contra parte, los que la pasaron mal fueron los oficiales del departamento de tránsito a quienes asignaron en la zona para “agilizar” el tránsito vehículos y los empleados que ni en fin de semana descansaron.

Los trabajadores aseguran que la obra esta en tiempo y forma, han llegado a trabajar horas extras durante la noche y madrugada para acelerar el proceso, pero ellos no tiene una fecha limite para terminar.

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